VATICANO - Benedicto XVI en Camerún (2) - El encuentro con los Obispos: "En este año dedicado a San Pablo, es particularmente oportuno recordar la necesidad urgente de anunciar el Evangelio a todos. Este mandato, que la Iglesia ha recibido de Cristo, sigue siendo una prioridad”

viernes, 20 marzo 2009

Yaundé (Agencia Fides) - La mañana del miércoles 18 de marzo, el Santo Padre Benedicto XVI se ha reunido con los Obispos de Camerún en la Iglesia de Cristo Rey en Tsinga en Yaundé. Después de haber recordado los motivos de su visita - "encontrar a los pueblos del querido continente africano" y entregar el Instrumentum laboris de la segunda Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para África -, Benedicto XVI ha continuado: "En este año dedicado a San Pablo, es particularmente oportuno recordar la necesidad urgente de anunciar el Evangelio a todos. Este mandato, que la Iglesia ha recibido de Cristo, sigue siendo una prioridad,… Con vosotros, pues, queridos Hermanos, también vuestras comunidades están llamadas a dar testimonio del Evangelio… Para guiar y alentar al Pueblo de Dios en esta tarea, los Pastores, ante todo, deben ser ellos mismos predicadores de la fe para llevar a Cristo nuevos discípulos”.
Para realizar esta misión de evangelización, además de los encuentros institucionales, es necesaria "una profunda comunión" entre los Pastores de la Iglesia, ha recordado el Pontífice, subrayando la necesidad de "buscar juntos respuestas a lo múltiples retos que la Iglesia debe afrontar" y de una "efectiva colaboración entre las diócesis, se particularmente para una mejor distribución de los sacerdotes en vuestro País… de modo que el anuncio del Evangelio no se resienta por la falta de ministros. Esta solidaridad apostólica ha de extenderse con generosidad a las necesidades de otras Iglesias particulares, especialmente de las de vuestro Continente. Así se mostrará claramente que vuestras comunidades cristianas, a ejemplo de las que os han traído el mensaje del Evangelio, son también una Iglesia misionera”.
A continuación el Pontífice ha subrayado la necesidad de que se establezcan "relaciones" de particular comunión entre el Obispo y sus sacerdotes: " El ejemplo y la palabra de su Obispo es para ellos una valiosa ayuda para dar un espacio central en su ministerio a su vida espiritual y sacramental, animándoles a vivir y descubrir cada vez más profundamente que lo específico del pastor es ser ante todo una persona de oración, y que la vida espiritual y sacramental es una riqueza extraordinaria, que se nos da para nosotros mismos y para el bien del pueblo que se nos ha encomendado”.
En su discurso, Benedicto XVI ha exhortado a los Obispos de Camerún "a poner una atención especial a la fidelidad de los sacerdotes y personas consagradas a los compromisos contraídos con su ordenación o entrada en la vida religiosa"; a realizar un serio discernimiento en los candidatos al sacerdocio; "a dar prioridad a la selección y preparación de formadores y directores espirituales”; a dar gracias a Dios por la contribución a la vida de la Iglesia y por el desarrollo de la vida consagrada; a considerar "esencial" la formación humana, espiritual y doctrinal de los catequistas, que “han tenido y continúan teniendo un papel determinante" en la evangelización de Camerún.
Entre los motivos de preocupación pastoral, el Pontífice ha citado en primer lugar la situación de la familia: " Las dificultades, debidas de manera especial al impacto de la modernidad y la secularización en la sociedad tradicional, os impulsan a preservar con determinación los valores fundamentales de la familia africana, haciendo de su evangelización de manera profunda una de las principales prioridades”. A continuación, refiriéndose a la liturgia, ha recomendado que la alegría manifestada durante las celebraciones “no sea un obstáculo, sino un medio, para entrar en diálogo y comunión con Dios a través de una verdadera interiorización de las estructuras y las palabras que componen la liturgia, con el fin de que ésta refleje realmente lo que sucede en el corazón de los creyentes, en una unión real con todos los participantes. Un signo elocuente de ello es la dignidad de las celebraciones, sobre todo cuando tienen lugar con gran afluencia de participantes”.
Para dar respuesta de modo adecuado al desarrollo de sectas y movimientos esotéricos, a la creciente influencia de una religiosidad supersticiosa y al relativismo, es necesario dar "un renovado impulso a la formación de los jóvenes y adultos, en particular en el mundo universitario e intelectual". El Santo Padre ha expresado después su complacencia por la labor de los laicos en la vida de la Iglesia y de la sociedad, y en particular por la participación activa de las asociaciones femeninas, "demostrando así una verdadera conciencia de la dignidad de la mujer y su específica vocación en la comunidad eclesial y en la sociedad". Después de haber exhortado a los Obispos a perseverar en sus esfuerzos para dar a los laicos una sólida formación cristiana, Benedicto XVI ha recordado que, en el actual contexto de la globalización, "la misión del Obispo le lleva a ser el principal defensor de los derechos de los pobres, a favorecer y promover el ejercicio de la caridad, que es una manifestación del amor del Señor por los pequeños. De esta manera, se ayuda a los fieles a comprender concretamente que la Iglesia es una verdadera familia de Dios, reunida en amor fraterno, lo cual excluye todo tipo de etnocentrismo y particularismo excesivo, y contribuye a la reconciliación y la colaboración entre los grupos étnicos para el bien de todos”. (S.L) (Agencia Fides 20/3/2009)


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