VATICANO - Benedicto XVI en Camerún (1) - La llegada a Yaundé: " El mensaje salvífico del Evangelio exige ser proclamado con fuerza y claridad, de manera que la luz de Cristo pueda brillar en la oscuridad de la vida de las personas”

miércoles, 18 marzo 2009

Yaundé (Agencia Fides) - "Vengo entre vosotros como un pastor, vengo para confirmar a mis hermanos y hermanas en la fe. Es la misión que Cristo confió a Pedro en la Última Cena, y es la misión de los sucesores de Pedro". Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI ha expresado el motivo principal de su viaje apostólico en África, durante la Ceremonia de bienvenida en el aeropuerto internacional Nsimalen de Yaundé (Camerún), dónde llegó la tarde del martes 17 de marzo, acogido por las Autoridades civiles y religiosas.
En su discurso el Papa ha recordado el testimonio de muchos santos de este Continente durante los primeros siglos del cristianismo, entre ellos San Cipriano, Santa Mónica, San Agustín, San Atanasio, y en nuestros días "innumerables misioneros y numerosos mártires han seguido dando testimonio de Cristo en toda África, y hoy la Iglesia es bendecida por la presencia de unos 150 millones de miembros”.
Precisamente en Yaundé, en 1995, el Papa Juan Pablo II promulgó la exhortación post-sinodal "Ecclesia in Africa", fruto de la Primera Asamblea Especial para el África del Sínodo de los Obispos. Benedicto XVI ha continuado: “He venido aquí para publicar el "Instrumentum Laboris" de la segunda asamblea especial, que tendrá lugar en Roma el próximo mes de octubre. Los padres sinodales reflexionarán juntos sobre el tema: "La Iglesia en África, al servicio de la reconciliación, de la justicia y la paz. 'Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo' (Mt 5, 13,14)". Después de casi diez años del nuevo milenio, este momento de gracia es un llamamiento a todos los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos del continente a entregarse nuevamente a la misión de la Iglesia de llevar esperanza a los corazones del pueblo de África, y de este modo también a los pueblos de todo el mundo”.
El Papa ha citado a continuación a Santa Josefina Bakhita, cuya vida nos ofrece " un espléndido ejemplo de la transformación que el encuentro con el Dios vivo puede provocar en una situación de gran sufrimiento e injusticia. Ante el dolor y la violencia, la pobreza, el hambre, la corrupción o el abuso del poder, un cristiano nunca puede quedarse en silencio. El mensaje salvífico del Evangelio exige ser proclamado con fuerza y claridad, de manera que la luz de Cristo pueda brillar en la oscuridad de la vida de las personas. Aquí, en África, al igual que en otras muchas partes del mundo, innumerables hombres y mujeres anhelan escuchar una palabra de esperanza y consuelo”.
Benedicto XVI ha recordado a este punto los numerosos conflictos locales que "dejan miles de personas sin casa y desprotegidas, huérfanos y viudas"; el tráfico de esclavos del pasado se ha sustituido hoy por la esclavitud del tráfico de seres humanos, especialmente mujeres y niños; el número creciente de africanos presa del hambre, de la pobreza, de la enfermedad. "Gritan reconciliación, justicia, y paz, y esto es precisamente lo que la Iglesia les ofrece” ha afirmado el Papa.
En Camerún la Iglesia lleva adelante su misión en el campo de la salud y la reconciliación, en particular asistiendo a los enfermos de Sida, y con el empeño educativo: "vemos que los esfuerzos de generaciones de maestros misioneros dan su fruto en la obra de la Universidad Católica de África Central, un signo de gran esperanza para el futuro de la región" ha afirmado el Pontífice, recordando que "Camerún es efectivamente tierra de esperanza para muchos en el África Central". Aquí han encontrado acogida millares de refugiados de los Países devastados por la guerra, el Gobierno trabaja en defensa de los derechos de los no nacidos, el diálogo y la diplomacia aseguran la paz. Es además una tierra de jóvenes, llenos de vitalidad e impacientes por construir “un mundo más justo y pacífico" ha continuado el Santo Padre.
"Al venir hoy entre vosotros, rezo para que la Iglesia, aquí y en toda África, pueda seguir creciendo en santidad, en el servicio a la reconciliación, a la justicia y la paz- ha concluido el Pontífice -. Rezo para que el trabajo de la segunda asamblea especial del Sínodo de los Obispos pueda avivar la llama de los dones que el Espíritu ha derramado sobre la Iglesia en África. Rezo por cada uno de vosotros, por vuestras familias, y vuestros seres queridos, y os pido que os unáis conmigo en la oración por todos los habitantes de este gran continente. ¡Que Dios bendiga a Camerún! ¡Que Dios bendiga África! (S.L) (Agencia Fides 18/3/2009)


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