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Roma (Agencia Fides) - “La celebración del Jubileo Paulino fue, como destacó el Papa, una etapa importante en el camino de la Pastoral universitaria en el mundo. En particular, el Forum Internacional de las Universidades, con la participación de más de 500 académicos, provenientes de 65 países de todos los continentes, ha sido una ocasión para compartir la experiencia de pastoral universitaria realizada hasta hoy y poner las bases para una acción más orgánica e incisiva”. Estas fueron algunas reflexiones de monseñor Lorenzo Leuzzi, Director de la Oficina para la Pastoral Universitaria del Vicariato de Roma, al final de los cuatro días de intenso labor por el Jubileo paulino y el Forum internacional de los universitarios, celebrados en Roma del 12 al 15 de marzo.
Los delegados estuvieron de acuerdo acerca del papel histórico de la Iglesia, fundamental para el confronto al interior de la compleja sociedad contemporánea, sobre todo en este momento de crisis en el cual la pastoral universitaria puede tener la tarea de completar y reforzar el diálogo intercultural. “Los encuentros por áreas continentales han testimoniado vivamente que, en los diversos países del mundo, se encuentra en acto un vivo y creativo dialogo y confronto con las culturas presentes en los Ateneos”, destacó monseñor Leuzzi refiriéndose a las sesiones del Congreso dedicadas a las diversas regiones continentales.
El diálogo y la inculturación han sido desde el inicio el centro del Congreso. En su discurso de apertura en el Campidoglio, el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, resaltó el objetivo del Jubileo Paulino recordando que “la Iglesia y la Universidad están llamadas, con una diferente especificidad de presencia y de acción, a promover una cultura que sea capaz de responder a las verdaderas y auténticas expectativas del hombre contemporáneo”. Del 2000 a hoy, el mundo ha cambiado con una rapidez extraordinaria, pero “el Evangelio se dirige al hombre históricamente situado, no en abstracto, y la cultura representa el camino para buscar la verdad de modo que el hombre pueda construir la familia humana y a sí mismo”. Es este sentido no se puede pensar el Cristianismo como una realidad que forja la cultura desde afuera, sino como realidad histórica por excelencia y ya operante que ofrece a la elaboración cultural una capacidad de investigación de la realidad que puede indicar al hombre de hoy el fundamento de esta. El pensamiento del Cardenal Bertone, así como de la mayor parte de relatores, se dirige a la crisis espiritual y socio económica, que “afecta a pueblos y naciones y exige de nosotros ser operadores incansables para que la Iglesia y la Universidad puedan encontrarse, para que la Universidad pueda responder a las nuevas expectativas de la sociedad, y la Iglesia pueda proseguir con el anuncio de la presencia de Cristo en la historia”.
Al exponer las perspectivas de compromiso del Forum, también el Arzobispo Jean-Louis Bruguès, Secretario de la Congregación para la Educación Católica, citó la crisis en acto que “el Papa invita a mirar con lucidez, valor y esperanza”, y afirmó: “Es absolutamente necesario restituir al hombre contemporáneo la confianza en sí mismo, en su razón, y demostrar que justamente el ejercicio natural de esta razón puede conducirlo en una perspectiva trascendental”. En este “difícil, pero al mismo tiempo exaltante contexto” de la modernidad, asegura Mons. Bruguès, “somos unos pioneros encargados de abrir perspectivas inéditas”.
Las nuevas perspectivas para la investigación propuestas en el Forum parte de la frase de San Pablo escogida para el Jubileo: “Aquello que adoráis sin conocer, yo os lo anuncio”, que se refiere al encuentro de Pablo en el Areópago de Atenas, centro cultural de la ciudad y símbolo del cansancio del pensar humano, donde, como recordó el cardenal Bertone, “no es difícil individuar el nudo esencial para la construcción del nuevo humanismo”. Se trata de la diakonia de la historia, proceso anunciado por Benedicto XVI para alargar los horizontes de la razón: hoy la cultura es una tarea para los católicos, una forma exigente y obligada de caridad. El momento histórico con su profunda crisis cultural ha investido brutalmente a la humanidad, y el paso hacia un nuevo humanismo no es fácil. Como recuerda mons. Leuzzi, “a los universitarios les es confiada la tarea de ayudar a la Iglesia a realizar este paso, ejercitando aquella forma específica que es la caridad intelectual, citada por el Papa”.
Según mons. Leuzzi, “se ha abierto una nueva temporada de compromiso para todas las Iglesias particulares, sobre todo para aquellas en las que ya hay una comunidad académica. El Papa desea que toda Iglesia particular active una pastoral universitaria orgánica, decisiva para la formación de las nuevas generaciones y el desarrollo de una nueva relación Evangelio-historia que es el corazón de la nueva evangelización”.
Los 700 participantes provenientes de realidades académicas de todo el mundo quisieron testimoniar su cercanía al Papa Benedicto XVI con una declaración enviada al Santo Padre al final de los trabajos. Se lee en el documento: “Las intervenciones de Su Santidad por las Universidades constituyen un don precioso para impulsar la presencia cristiana en estas y para promover nuevos caminos de investigación para la construcción de un nuevo humanismo”. En la preocupación por la actual situación socio cultural, los delegados manifestaron al Papa la intención de un compromiso y de un testimonio constantes para profesar “con valor y creatividad aquella singular experiencia que es la caridad intelectual”. Es este el camino sostenido por todos los representantes del mundo académico católico y en particular por las Conferencias episcopales continentales presentes en el Forum con los Obispos delegados para desarrollar un proyecto cultural orgánico. “Guiados por Su Magisterio queremos potenciar la pastoral universitaria para favorecer el crecimiento en la fe de las nuevas generaciones y alentar a las comunidades cristianas a un renovado y fecundo diálogo con las culturas de todos los pueblos”. (F.M.) (Agencia Fides 17/3/2009; líneas 72, palabras 1010)
