VATICANO - El Papa confía a los jóvenes la tarea de evangelizar el “continente digital” en su Mensaje para la XLIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

martes, 27 enero 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Las nuevas tecnologías digitales están provocando hondas transformaciones en los modelos de comunicación y en las relaciones humanas. Estos cambios resaltan más aún entre los jóvenes que han crecido en estrecho contacto con estas nuevas técnicas de comunicación… En el mensaje de este año, pienso particularmente en quienes forman parte de la llamada generación digital…”. De este modo inicia el Mensaje del Papa Benedicto XVI para la XLIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará el 24 de mayo, Solemnidad de la Ascensión, bajo el tema “Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo y de amistad”.
El Papa destaca que “Estas tecnologías son un verdadero don para la humanidad y por ello debemos hacer que sus ventajas se pongan al servicio de todos los seres humanos y de todas las comunidades, sobre todo de los más necesitados y vulnerables”. La multiplicidad de nuevas formas mediante las cuales es posible enviar palabras e imágenes, incluso a quienes están lejos de nosotros, mediante el celular o la computadora, ha sido acogida por los jóvenes. Ellos usan estos instrumentos “para estar en contacto con sus amigos, para encontrar nuevas amistades, para crear comunidades y redes, para buscar información y noticias, para compartir sus ideas y opiniones”. Son muchos los beneficios que se derivan de esta nueva cultura de la comunicación tanto para las familias, los estudiantes e investigadores, como para el progreso social, afirma el Papa en su mensaje.
La popularidad y la rápida difusión de las nuevas tecnologías “responde al deseo fundamental de las personas de entrar en relación unas con otras”, destaca el Pontífice recordando que “este anhelo de comunicación y amistad tiene su raíz en nuestra propia naturaleza humana y no puede comprenderse adecuadamente sólo como una respuesta a las innovaciones tecnológicas. A la luz del mensaje bíblico, ha de entenderse como reflejo de nuestra participación en el amor comunicativo y unificador de Dios, que quiere hacer de toda la humanidad una sola familia… En realidad, cuando nos abrimos a los demás, realizamos una de nuestras más profundas aspiraciones y nos hacemos más plenamente humanos. En efecto, amar es aquello para lo que hemos sido concebidos por el Creador. Naturalmente, no hablo de relaciones pasajeras y superficiales; hablo del verdadero amor, que es el centro de la enseñanza moral de Jesús”.
El Santo Padre dirige la atención a la calidad de los contenidos que las nuevas tecnologías difunden, alentando a todas las personas de buena voluntad activas en el mundo de la comunicación digital a que “se comprometan a promover una cultura de respeto, diálogo y amistad”.
Refiriéndose a estos tres temas el Papa afirmó: “Si las nuevas tecnologías deben servir para el bien de los individuos y de la sociedad, quienes las usan deben evitar compartir palabras e imágenes degradantes para el ser humano, y excluir por tanto lo que alimenta el odio y la intolerancia, envilece la belleza y la intimidad de la sexualidad humana, o lo que explota a los débiles e indefensos”.
“El diálogo debe estar basado en una búsqueda sincera y recíproca de la verdad, para potenciar el desarrollo en la comprensión y la tolerancia. La vida no es una simple sucesión de hechos y experiencias; es más bien la búsqueda de la verdad, del bien, de la belleza… No hay que dejarse engañar por quienes tan sólo van en busca de consumidores en un mercado de posibilidades indiferenciadas, donde la elección misma se presenta como el bien, la novedad se confunde con la belleza y la experiencia subjetiva suplanta a la verdad”.
“Siempre se ha considerado la verdadera amistad como una de las riquezas más grandes que puede tener el ser humano. Por tanto, se ha de tener cuidado de no banalizar el concepto y la experiencia de la amistad. Sería una pena que nuestro deseo de establecer y desarrollar las amistades on-line fuera en deterioro de nuestra disponibilidad para la familia, los vecinos y quienes encontramos en nuestra realidad cotidiana, en el lugar de trabajo, en la escuela o en el tiempo libre. En efecto, cuando el deseo de conexión virtual se convierte en obsesivo, la consecuencia es que la persona se aísla, interrumpiendo su interacción social real”.
En su Mensaje el Pontífice hace notar también lo alentador de ver “surgir nuevas redes digitales que tratan de promover la solidaridad humana, la paz y la justicia, los derechos humanos, el respeto por la vida y el bien de la creación”. Así mismo reafirma la necesidad de que el mundo digital sea verdaderamente accesible a todos. “Sería un grave daño para el futuro de la humanidad si los nuevos instrumentos de comunicación, que permiten compartir saber e información de modo más veloz y eficaz, no fueran accesibles a quienes ya están social y económicamente marginados, o si contribuyeran tan sólo a acrecentar la distancia que separa a los pobres de las nuevas redes que se desarrollan al servicio de la información y la socialización humana”.
Concluyendo el Mensaje, Benedicto XVI se dirige particularmente a los jóvenes católicos “para exhortarlos a llevar al mundo digital el testimonio de su fe”: “el anuncio de Cristo en el mundo de las nuevas tecnologías requiere conocer éstas en profundidad para usarlas después de manera adecuada. A vosotros, jóvenes, que casi espontáneamente os sentís en sintonía con estos nuevos medios de comunicación, os corresponde de manera particular la tarea de evangelizar este ‘continente digital’.” (S.L.) (Agencia Fides 27/1/2009; 62 líneas, 932 palabras)


Compartir: