VATICANO - El Papa a los Seminaristas: "la Palabra de Dios que deberéis sembrar a manos llenas y que lleva en si la vida eterna, es el mismo Cristo, el único que puede cambiar el corazón humano y renovar el mundo"

lunes, 1 diciembre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - A los Seminaristas del Pontificio Seminario Regional de las Marcas "Pio XI", de Ancona; del Pontificio Seminario Regional de Apulia "Pío XI", de Molise y del Pontificio Seminario Regional "San Pío X", de Chieti, recibidos en audiencia el 29 de noviembre, con ocasión del Centenario de su fundación, el Santo Padre Benedicto XVI ha indicado al Apóstol Pablo como modelo en el que inspirarse para la preparación al ministerio apostólico. "A imitación de san Pablo, queridos Seminaristas, no os canséis de buscar a Cristo en la escucha, en la lectura y en el estudio de la Sagrada Escritura, en la oración y en la meditación personal, en la liturgia y en cualquier otra actividad cotidiana" ha recomendado el Papa, invitando a dar gran valor a los años del seminario, "tiempo destinado a la formación y al discernimiento, años en los que el primer lugar los debe ocupar la constante búsqueda de una relación personal con Jesús, una experiencia íntima de su amor".
Entre las tareas prioritarias del presbiterio, como también ha recordado la reciente Asamblea del Sínodo de los Obispos, está el sembrar a manos llenas en el campo del mundo la Palabra de Dios, sobre esto Benedicto XVI ha dicho a los seminaristas: "La Palabra de Dios que deberéis sembrar a manos llenas y que lleva en si la vida eterna, es el mismo Cristo, el único que puede cambiar el corazón humano y renovar el mundo. Pero podríamos preguntarnos: el hombre contemporáneo ¿siente todavía necesidad de Cristo y de su mensaje de salvación?”
Hoy una cierta cultura difunde la idea de una humanidad autosuficiente, que considera que es la única artífice de su propio destino, y que, por consiguiente, cree irrelevante la presencia de Dios, por ello, también la experiencia religiosa corre el riesgo de ser considerada una elección subjetiva, no esencial y determinante para la vida. "Ciertamente hoy, por estas y otras razones, es cada vez más difícil creer, cada vez más difícil acoger la Verdad que es Cristo, cada vez más difícil entregar la propia existencia por la causa del Evangelio - ha continuado el Pontífice -. Sin embargo, como registra cotidianamente la crónica, el hombre contemporáneo aparece con frecuencia extraviado y preocupado por su futuro, en busca de certezas y deseoso de puntos de referencia seguros. El hombre del tercer milenio, como el hombre de todas las épocas, necesita a Dios y lo busca a veces incluso sin darse cuenta. Tarea de los cristianos, de modo especial, de los sacerdotes es recoger este anhelo profundo del corazón humano y ofrecer a todos, con medios y modos conformes a las exigencias de los tiempos, loa inmutable y por tanto siempre viva y actual Palabra de vida eterna que es Cristo, Esperanza del mundo".
Dirigiéndose a los responsables de la formación, el Santo Padre ha recordado su importante tarea, de ser para sus alumnos "testimonios, antes incluso que maestros, de vida evangélica". A continuación, subrayando el valor de los Seminarios Regionales, que pueden ser lugares privilegiados para formar a los seminaristas en la espiritualidad diocesana, inscribiendo con sabiduría y equilibrio dicha formación en el más amplio contexto eclesial y regional", ha subrayado que tales instituciones "sean también 'casas' de acogida vocacional para imprimir aún con mayor fuerza la pastoral vocacional, atendiendo especialmente el mundo juvenil y educando a los jóvenes a los grandes ideales evangélicos y misioneros". (S.L) (Agencia Fides 1/12/2008)


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