VATICANO - Benedicto XVI al nuevo Embajador del Líbano: “Particularmente sensible a los sufrimientos que desde hace tanto tiempo afligen a las poblaciones del Medio Oriente, la Santa Sede continúa con determinación su esfuerzo por la paz y la reconciliación en el Líbano y en toda esta región, tan cercana al corazón de los creyentes”

martes, 18 noviembre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “En la importante fase que vuestro país está viviendo, la Santa Sede sigue con gran atención los desarrollos de la situación, y nutre un particular interés por los esfuerzos realizados para resolver definitivamente las cuestiones que el Líbano debe afrontar. Particularmente sensible a los sufrimientos que desde hace tanto tiempo afligen a las poblaciones del Medio Oriente, la Santa Sede continúa con determinación su esfuerzo por la paz y la reconciliación en el Líbano y en toda esta región, tan cercana al corazón de los creyentes”. Es un pasaje del discurso que el Santo Padre Benedicto XVI dirigió al nuevo Embajador del Líbano ante la Santa Sede, el Sr. Georges Chakib El Khoury, quien presentó sus Cartas credenciales el pasado 17 de noviembre.
En su discurso el Papa Benedicto XVI recordó que “el Líbano es la cuna de la cultura antigua… así como un país de numerosas confesiones religiosas que han sabido demostrar que pueden vivir juntas en fraternidad y en mutua colaboración”; es esta historia milenaria y su ubicación en el centro de un contexto regional complejo, lo que confiere al Líbano la misión fundamental “de contribuir a la paz y a la concordia entre todos”. Ya que el Líbano es un “tesoro” confiado a todos los libaneses, que tienen el deber de cuidarlo y hacerlo fructificar, el Pontífice expresó su deseo de que también la comunidad Internacional lo proteja y valore, evitando convertirlo en escenario de conflictos regionales e internacionales. “El Líbano - afirmó el Pontífice -, debería ser en ese sentido un laboratorio para la búsqueda de soluciones eficaces a los conflictos que agitan la región del Medio Oriente desde hace mucho tiempo”.
Luego de expresar su satisfacción por “los valientes esfuerzos realizados en los últimos meses por todo el país y sus responsables, para hacer funcionar normalmente de nuevo la vida política y todas las instituciones nacionales”, el Santo Padre expresó su deseo de que “dejando de lado los intereses particulares y sanando las heridas del pasado, todos se comprometan efectivamente en el camino del diálogo y de la reconciliación, para que el país pueda tener un progreso estable”. Asimismo, añadió, “las tensiones que lamentablemente están todavía presentes muestran que es necesario proceder con decisión en el camino abierto algunos meses atrás por los Acuerdos de Doha, para construir juntos las instituciones libanesas. La actitud fundamental que debe guiar a cada persona en este compromiso con el servicio al bien común debe permanecer inmutable: que todos los que componen el pueblo libanés sientan realmente que el Líbano es su casa, y comprueben que sus preocupaciones y sus legítimas expectativas son efectivamente tomadas en consideración, en el respeto de los derechos ajenos. Para ello, se debe promover y desarrollar una verdadera educación de las conciencias en favor de la paz, la reconciliación y el diálogo, sobre todo en las jóvenes generaciones”.
Una paz duradera se puede construir sólo “en la medida en que prevalezca en todos una auténtica voluntad de vivir juntos en la misma tierra, y de considerar la justicia, la reconciliación y el diálogo como el contexto propicio para resolver los problemas de las personas y de los grupos”. Para alcanzar dicho objetivo “es necesario desarrollar una cooperación cada vez más profunda entre todos los componentes de la nación, fundada en relaciones de confianza entre las personas y las comunidades”.
Al término del encuentro el Santo Padre expresó su deseo de que la reciente beatificación en Beirut del p. Jacques Haddad, Abouna Yaacoub, apóstol de la misericordia y ardiente predicador de la Palabra de Dios, sea una invitación para los católicos a ser “entre sus ciudadanos, y en profunda comunión con sus Pastores, artífices ardientes de unidad y de fraternidad”. (S.L.) (Agencia Fides 18/11/2008; líneas 43 palabras 622)


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