AFRICA/SUDÁN - El Presidente sudanés anuncia el alto al fuego en Darfur, pero los rebeldes no se detienen

jueves, 13 noviembre 2008

Khartoum (Agencia Fides) – “Anuncio nuestro inmediato alto al fuego entre las fuerzas armadas y las facciones en guerra a condición de que se ponga en funcionamiento un mecanismo eficaz de monitoreo y que la tregua sea observada por todas la partes involucradas”: De esta manera el Presidente sudanés Omar El Bashir, anunció el 12 de noviembre en Khartoum su intención de detener unilateralmente los enfrentamientos armados en Darfur y pidió a los rebeldes hacer lo mismo.
La declaración del Presidente sudanés llegó al término de la conferencia, realizada el pasado 16 de octubre, titulada “Iniciativa del pueblo sudanés”, en la que participaron los representantes del gobierno central, del regional, del sur de Sudán y de la oposición. Estuvo presente también el Presidente de Eritrea, Isayas Afeworki, único Jefe de Estado extranjero en haber acogido la invitación a la Conferencia.
La rebelión, sin embargo, rechazó el ofrecimiento del Presidente sudanés. “Se trata de un ejercicio de public relations”, afirmó un exponente del JEM (Movimiento por la Justicias y la Igualdad), uno de los principales movimientos rebeldes en Darfur.
No obstante el aprecio expresado por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, diversos observadores internacionales sostienen que el anuncio de Bashir es un intento de congraciarse con la comunidad internacional para poder luego evitar la incriminación por genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad que el Procurador general ante la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo, ha pedido hace algunos meses (ver Fides 15/7/2008). El Presidente sudanés es acusado de haber alentado y sostenido acciones de las milicias filo-gubernativas (las llamadas Janjaweed) responsables de atrocidades contra la población civil. También los diversos grupos armados que se oponen al gobierno de Khartoum habrían cometido violencias contra los civiles, según lo afirman las organizaciones humanitarias que operan en la región.
Según el informe del 2008 sobre la población mundial del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA), desde el inicio del conflicto, en el 2003, en Darfur más de 200 mil personas fueron asesinadas y más de 2 millones fueron obligadas a abandonar sus hogares. En total, 4 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y protección; una protección que la UNAMID, la fuerza mixta de paz formada por la ONU y la Unión Africana, aún no ha podido garantizar, debido en parte al hecho que de los 26 mil hombre previstos, actualmente sólo han podido ser destinados 10 mil. Pero incluso cuando se cuente con el número completo de efectivos del UNAMID, su tarea no dejará de ser sumamente delicada: controlar un territorio de 540 mil km2 en el que actúan el ejército sudanés, las milicias filo-gubernativas y al menos 15 grupos de guerrilla locales, sin contar a los movimientos ciudadanos de oposición armada, que tienen base en la región sudanés.
La grave situación humanitaria de Darfur y de Kivu del norte (este del Congo), fue recordada por Benedicto XVI en la Audiencia General, con estas palabras: “Ven, Señor, a los campos de prófugos de Darfur y de Kivu del Norte”. (L.M.) (Agencia Fides 13/11/2008; líneas 36, palabras 503)


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