VATICANO - El Papa en el ángelus recuerda la "fuerte experiencia de comunión eclesial" experimentada en el Sínodo y lanza un llamamiento "por la tragedia que se está consumando o en algunos Países del oriente, dónde los cristianos son víctimas de intolerancias y crueles violencias"

lunes, 27 octubre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Toda Asamblea sinodal es una experiencia fuerte de comunión eclesial, pero esta aún más porque en el centro de atención se ha puesto lo que ilumina y guía a la Iglesia: la Palabra de Dios, que es Cristo en persona. Y hemos vivido cada jornada en escucha religiosa, advirtiendo toda la gracia y la belleza de ser sus discípulos y servidores". Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI ha recordado en el ángelus del domingo 26 de octubre, el sentido del Sínodo de los Obispos, poco después de haber concluido su XII Asamblea General Ordinaria con la Santa Misa en la Basílica Vaticana. El Papa se ha centrado en particular sobre uno de los temas más recurrentes entre los afrontados - "la relación entre la Palabra y las palabras, es decir, entre el verbo divino y las escrituras que lo expresan" - y ha afirmado: "Como enseña el Concilio vaticano II en la constitución Dei Verbum (n. 12), una buena exégesis bíblica exige tanto el método histórico-crítico como el teológico, porque la Sagrada Escritura es Palabra de Dios en palabras humanas. Esto comporta que todo texto debe ser leído teniendo presente la unidad de toda la Escritura, la viva tradición de la Iglesia y la luz de la fe. … Exégesis científica y lectio divina son por tanto ambas necesarias y complementarias para buscar, a través del significado literal, el espiritual, que Dios quiere comunicarnos hoy”.
Benedicto XVI ha continuado: "Al término de la Asamblea sinodal, los Patriarcas de las Iglesias Orientales han lanzado un llamamiento, que hago mío, para llamar la atención de la comunidad internacional, de los líderes religiosos y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad sobre la tragedia que se está consumando en los países de Oriente, donde los cristianos son víctimas de intolerancia y de crueles violencias, asesinados, amenazados y obligados a abandonar sus casas y a vagar en busca de refugio. Pienso en este momento sobre todo en Irak e India. Estoy seguro de que las antiguas y nobles poblaciones de esas naciones han aprendido, en el curso de siglos de convivencia respetuosa, a apreciar la contribución que las pequeñas pero laboriosas y cualificadas minorías cristianas dan al crecimiento de la patria común. Éstas no piden privilegios, sino que sólo desean seguir viviendo en su país junto con sus conciudadanos, como han hecho siempre. A las autoridades civiles y religiosas interesadas pido que no ahorren esfuerzo alguno para que la legalidad y la convivencia civil sean de nuevo restablecidas y los ciudadanos honestos y leales sepan que pueden contar con una adecuada protección por parte de las instituciones del estado. Auguro también que los Responsables civiles y religiosos de todos los países, conscientes de su papel como guía y referencia para las poblaciones, hagan gestos significativos y explícitos de amistad y de consideración hacia las minorías cristianas o de otras religiones, y se haga de la defensa de sus derechos legítimos una cuestión de honor”
Por último, el Santo Padre ha repetido el anuncio que ya había realizado durante la Santa Misa celebrada poco antes en San Pedro, sobre su viaje a África, previsto para marzo del 2009, para la visita a Camerún, dónde entregará a los Obispos del Continente el Instrumentum laboris del Sínodo sobre África, y Angola, con ocasión del 500° aniversario de evangelización del País. El Papa ha concluido invitando a confiar los sufrimientos recordados como las esperanzas que todos llevan en el corazón, en particular las perspectivas para el Sínodo de África, a la intercesión de Maria Santísima. (S.L) (Agencia Fides 27/10/2008,


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