VATICANO - Nuevos impulsos y esperanzas para la política desde la Doctrina Social de la Iglesia: Cardinal Renato Martino en Chile y Guatemala

jueves, 2 octubre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Mientras se va difundiendo en muchos países un peligroso comportamiento anti-político, es de suma importancia para los cristianos reafirmar que la política –según la conocida expresión de Pablo VI– es una forma exigente de la caridad. Lo dijo el Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, el Cardenal Renato Raffaele Martino, que desde el 29 de septiembre al 1 de octubre estará en Guatemala para ilustrar las repuestas de la doctrina social cristiana a los grandes desafíos de hoy.
Hablando a la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, el purpurado trazó un perfil de lo que debe ser la política a la luz de las enseñanzas sociales de la Iglesia. En el centro está siempre la persona humana, en el respeto de sus derechos fundamentales, sobre todo el derecho a la vida. La política debe entenderse como servicio al bien común y debe inspirarse en un humanismo integral y solidario, que valorice los cuerpos intermedios, principalmente la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer. Valores claves de la política –afirmó el Cardenal Martino– son la verdad, la justicia, la libertad y la caridad. La política debe ser capaz de regular equitativamente las relaciones económicas, sobre todo el mercado, con una opción preferencial por los pobres, y ser capaz de dar una orientación humanista a la técnica. Frente a valores que no dependen de ella o de los que no se puede disponer, la política debe saber dar un paso al costado, sin mandar al exilio todo lo que es trascendente, ya que una sociedad sin Dios está en riesgo de volverse contra el hombre. Finalmente, la política debe ser “de paz y para la paz”.
A este perfil de la política según la doctrina social cristiana el Cardenal Martino, hablando siempre a la Universidad Católica de Valparaíso, agregó el recuerdo de las Bienaventuranzas del político formuladas por su predecesor en la guía del Pontificio Consejo Justicia y Paz, el Siervo de Dios Cardenal Nguyen Van Thuan. Entre ellas: Beato el político que trabaja por el bien común y no por el bien propio; que sabe escuchar al pueblo antes, durante y después de las elecciones; que realiza la unidad y la defiende; que no tiene miedo de los medios, porque al momento del juicio tendrá que responder sólo ante Dios.
En Santiago de Chile, hablando en el Santuario de San Alberto Hurtado a los jóvenes de los movimientos apostólicos, el Cardenal Martino, destacó las grades lecciones sociales que se pueden aprender de la Eucaristía: la solidaridad, la disponibilidad al servicio y el compromiso activo en favor de la justicia social en la defensa y promoción de la dignidad y de los derechos de cada persona humana. “Hoy –afirmó entre otras cosas el Presidente de Justicia y Paz–, es necesario reforzar la percepción de la política como lugar en el cual ejercitar la caridad, el amor del prójimo y para hacer lo necesario por incrementar la fuerza moral y espiritual de que tiene necesidad la política para afrontar los muchos y grandes retos a nivel nacional e internacional: la pobreza, la corrupción, la opción por la vida, la familia, el hogar, el trabajo, la investigación científica”. Finalmente, mientras alentaba al estudio y la aplicación de la doctrina social cristiana, el Cardenal Martino destacó que con sus enseñanzas, la Iglesia no dicta leyes a los poderes públicos, ni se declara en favor de una parte o de otra; su intención es más bien salvar a la persona y renovar la sociedad humana. (S.L.) (Agencia Fides 02/10/2008)


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