VATICANO - “La gestión responsable de la creación forma parte de una economía sana y sostenible del turismo. Al contrario, el uso impropio de la naturaleza y el abuso causado a la cultura por las poblaciones locales dañan también al turismo”: el Papa en la Jornada mundial del turismo

lunes, 29 septiembre 2008

Castel Gandolfo (Agencia Fides) – “La experiencia enseña que la gestión responsable de la creación forma parte de una economía sana y sostenible del turismo. Al contrario, el uso impropio de la naturaleza y el abuso causado a la cultura por las poblaciones locales dañan también al turismo. Aprender a respetar el ambiente enseña asimismo a respetar a los demás y a sí mismo”. Es el consejo expresado por el Santo Padre Benedicto XVI durante la audiencia concedida, el 27 de septiembre, a los participantes del Encuentro promovido por el Centro Turístico Juvenil (CTG) y la Oficina Internacional de Turismo Social (BITS) en ocasión de la celebración de la Jornada Mundial del Turismo.
Refiriéndose al tema escogido para la Jornada de este año – “El turismo afronta el desafío del cambio climático” – el Papa ha subrayado que este “indica una problemática de gran actualidad, que se refiere al potencial del sector turístico con respecto al estado del planeta y del bienestar de la humanidad”. Luego reafirmó que la humanidad tiene el deber de proteger los recursos de la creación, “inmenso don de Dios a la humanidad”, y de comprometerse contra un uso indiscriminado de los bienes de la tierra. “Sin un adecuado límite ético y moral – subrayó el Papa – el comportamiento humano puede transformarse efectivamente en amenaza y reto… Es por lo tanto necesario, sobre todo en el ámbito del turismo, gran usuario de la naturaleza, que todos tiendan a una gestión equilibrada de nuestro habitat, de aquella que es nuestra casa común y lo será para cuantos vendrán después de nosotros. La degradación ambiental puede ser frenada solamente difundiendo una adecuada cultura del comportamiento, que comprenda estilos de vida más sobrios”.
El Papa, sucesivamente, reafirmó que la Iglesia comparte “el compromiso por la difusión del turismo así llamado social, que promueve la participación de las franjas más débiles y puede ser de ese modo un instrumento válido de lucha contra la pobreza y tanta fragilidad, ofreciendo empleos, custodiando los recursos y promoviendo la igualdad”, y ha lanzado un llamamiento a los jóvenes, para que “se hagan defensores y actores de comportamientos que apunten al aprecio de la naturaleza y a su defensa, en una correcto perspectiva ecológica”. A las nuevas generaciones Benedicto XVI ha confiado la promoción de “un turismo sano y solidario, que destierre el consumismo y el derroche de los recursos de la tierra, para dejar espacio a gestos de solidaridad y de amistad, de conocimiento y de comprensión. En este modo el turismo puede convertirse en un instrumento privilegiado de educación a la convivencia pacífica”. (S.L.) (Agencia Fides 29/9/2008; líneas 29 palabras 429)


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