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Castel Gandolfo (Agencia Fides) - María Voce, entre las más estrechas colaboradoras de Chiara Lubich, es la nueva presidente del Movimiento de los Focolares. Ha sido elegida esta mañana por la Asamblea General del Movimiento - compuesta por 496 delegados con derecho a voto de los 5 continentes - prácticamente por unanimidad. El nuevo co-presidente es Giancarlo Faletti, hasta ahora co-responsable del Movimiento en Roma. Después del fallecimiento de Chiara Lubich el 14 de marzo pasado, con la elección de María Voce y de Giancarlo Faletti, el Movimiento vive una nueva etapa de su historia, porque se realiza la transición de Chiara y de las primeras y primeros focolarinos que dieron inicio al Movimiento y que hasta ahora tuvieron la dirección del Movimiento. En sus primeras palabras la nueva presidente agradeció sobre todo por la confianza con la que la han acompañado esta transición. Y se manifestó “segurísima de tener en ellos a sus primeros colaboradores”.
María Voce nació en Ajello Calabro el 16 de julio de 1937. Conoció el Movimiento en 1959 y desde hace 44 años vive en la comunidad del Focolar. Habiendo realizado estudios de Teología y de Derecho Canónico, en estos últimos años estuvo comprometida con la reciente actualización de los Estatutos Generales del Movimiento. Está entre los responsables de “Comunión y Derecho”, red de profesionales y expertos comprometidos en el campo de la justicia, nacida recientemente en el ámbito de los Focolares. También es miembro de la Escuela Abbá, Centro de estudios interdisciplinario. Tiene también experiencia directa en el campo ecuménico e interreligioso. Habiendo vivido en Turquía durante 10 años, de 1978 a 1988, mantuvo una estrecha relación con el Patriarcado ortodoxo de Constantinopla, también con el actual Patriarca Bartolomé I, con líderes de otras Iglesias Cristianas, y con el mundo musulmán.
Giancarlo Faletti nació en Asti (Piemonte) el 14 de septiembre de 1940, en una familia de origen campesino, el padre obrero y la madre ama de casa, rica de sensibilidad social. Si bien proveniente de un ambiente no cercano a la Iglesia, pronto madura en él la decisión de comprometerse fuertemente ya sea en el mundo juvenil que con el voluntariado cristiano, cerca de quien sufre y viven en condiciones de pobreza. Con 19 años, queda fascinado por el ideal de fraternidad y unidad de los Focolares y a los 25 madura en él la decisión de donarse a Dios en el focolar. Después de haber hecho estudios de Economía, fue director de un instituto bancario. Además de Roma, fue responsable del Movimiento en Génova y en Lazio. Fue ordenado sacerdote al inicio de su responsabilidad romana. En los próximos días se procederá a la elección de los consejeros. (S.L) (Agencia Fides 8/7/2008)
