VATICANO - Saludo a la diócesis de Roma del Card. Agostino Vallini: “Debemos trabajar para ‘educar a la esperanza’, para que la Iglesia de Roma continúe con renovada energía anunciando el Evangelio de Jesús resucitado”

martes, 1 julio 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Como es sabido, el Papa Benedicto XVI me envía a vosotros como su Vicario General. A Él, nuestro Obispos, me dirijo para expresarle mis sentimientos de íntima comunión, de profunda veneración y de sincera gratitud por la confianza que ha depositado en mí, cual signo de singular benevolencia”. Así escribe el Card. Vallini, Vicario General del Santo Padre, en su saludo a la diócesis de Roma. “Saludo con alegría a todo el Pueblo de Dios que está en Roma: familias, jóvenes, enfermos, ancianos, pobres, personas solas, y con espíritu de cordial amistad a cuantos viven en esta nuestra ciudad, a cuyo servicio en humilde ayuda al Santo Padre he sido enviado para el anuncio del Evangelio y el testimonio de la caridad de Cristo. Como pastor y ciudadano me siento cercano, amigo y aliado de cada persona en la promoción y defensa de los derechos fundamentales y de la dignidad de cada uno”.
Tras haber expresado sus sentimientos a los varios componentes de la comunidad diocesana y civil, el Vicario dijo notar “un sentimiento de no ser adecuado y de humana ansiedad” en asumir este ministerio, consciente de la tarea de “ejemplaridad” que la Iglesia de Roma, “que preside en la caridad” está llamada a desarrollar frente a todas las otras iglesias en el mundo. “Tengo presente los grandes desafíos de la modernidad –continua-, que han creado en tantos hombres y mujeres una situación de desconcierto espiritual, de incertidumbre y miedo frente al futuro, así como otras provocaciones para la Iglesia, para que se empeñe en mostrar, con el testimonio de la vida y fervor apostólico, el rostro hermoso de la esposa de Cristo, lugar y escuela de esperanza cristiana”.
El Cardenal menciona además a tantos bautizados y cuantos aún no han recibido el anuncio del Evangelio, que “necesitan de quien les manifieste el misterio de Jesús, el Señor de la vida, proponiendo con la luz de la palabra y el valor del ejemplo el mensaje evangélico, para que descubran y redescubran las fascinantes razones de la fe bíblica y la alegría de vivirla”. Al final del mensaje, indicando los objetivos pastorales de los próximos años, concluye: “Debemos trabajar para ‘educar a la esperanza’, para que la Iglesia de Roma continúe con renovada energía anunciando el Evangelio de Jesús resucitado, ‘primicia’ de la vida nueva que no tendrá nunca fin, para formar a la oración perseverante que purifica el corazón, abre a Dios y a los hermanos e incita al testimonio del amor, particularmente hacia los pobres, a cooperar con actitud positiva, que sabe aprehender el bien donde sea que este se encuentre”.
El 27 de junio, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre Benedicto XVI recibió en audiencia a los Oficiales del Vicariato de Roma para la despedida del Card. Ruini y el nombramiento de su sucesor, el Card. Agostino Vallini. En su discurso, el Papa agradeció al Cardenal Ruini por el largo servicio como Vicario General para la Diócesis de Roma, recordando “los múltiples aspectos de tal continuo y apreciado ministerio”: sentimientos de gratitud expresados en la reciente Carta enviada por el Papa al Card. Ruini con ocasión de su XXV aniversario de Episcopado.
Recordando el “carisma misionero del Papa Juan Pablo II”, “un auténtico gigante de la fe y de la misión de la Iglesia”, el Papa destacó que este tuvo “un influjo determinante en el periodo de su pontificado, en particular en el tiempo de preparación del Jubileo del 2000; y esto se ha podido verificar directamente en la Diócesis de Roma, la Diócesis del Papa, gracias al empeño constante del Cardenal Vicario y de sus colaboradores”. La misión ciudadana de Roma y los llamados “Diálogos en la Catedral” siguen siendo “expresión de una Iglesia que, en el momento en que tomaba cada vez mayor conciencia de su identidad diocesana y asumía progresivamente esta fisonomía, se abría decisivamente a una mentalidad misionera y a un estilo coherente con esta, mentalidad y estilos destinados a no durar solamente durante una estación, sino, como ha sido varias veces resaltado, a ser permanentes”. De este particularmente importante aspecto, el Papa dio el mérito al Card. Ruini, que lo promovió y se hizo cargo incluso a nivel de toda la nación italiana, cual Presidente de la Conferencia Episcopal.
“La solicitud por la misión –prosiguió Benedicto XVI dirigiéndose al Card. Ruini- siempre ha sido acompañada y sostenida por una excelente capacidad de reflexión teológica y filosófica, que Usted manifestó y ejercitó desde su juventud. El apostolado, especialmente en nuestro tiempo, debe constantemente nutrirse del pensamiento, para motivar el significado de los gestos y de las acciones, de otro modo está destinado a reducirse en un estéril activismo”. El Papa elogió al Cardenal Ruini por haber dado un ejemplo “que permanece más allá de las iniciativas del momento, un ejemplo del esfuerzo por ‘pensar la fe’ en absoluta fidelidad al Magisterio de la Iglesia, con puntual atención a las enseñanzas del Obispo de Roma y, al mismo tiempo, en constante escucha de las exigencias que emergen de la cultura contemporánea y de los problemas de la sociedad actual”.
El Papa presentó así mismo al nuevo Cardenal Vicario, Agostino Vallini: “Lo saludo con gran afecto y lo acojo en el nuevo cargo, que le confió teniendo en cuenta su experiencia pastoral, madurada ya desde antes como Auxiliar en la gran Diócesis de Nápoles y luego como Obispo de Albano; experiencias a las que une comprobados dones de sabiduría y confianza. Querido Señor Cardenal, desde hoy mi oración por Usted será particularmente intensa, para que el Señor le conceda todas las gracias necesarias para esta nueva tarea. Lo aliento a expresar en plenitud su celo pastoral y le deseo un sereno y proficuo ministerio”. (S.L.) (Agencia Fides 1/7/2008; 66 líneas, 995 palabras)


Compartir: