VATICANO - El Papa en el Regina Cæli: " que cada cristiano y cada comunidad, reviviendo la experiencia de los discípulos de Emaús, redescubra la gracia del encuentro transformador con el Señor Resucitado”

lunes, 7 abril 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - También el domingo 6 de abril el Santo Padre Benedicto XVI aprovechó el pasaje evangélico del III domingo de Pascua para su breve discurso antes del rezo del Regina Cæli con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
El Evangelio reconduce el encuentro de los discípulos de Emaús con el Señor resucitado. "Se habla de dos seguidores de Cristo - ha recordado el Papa - quienes, el día después del sábado, esto es, el tercero después de su muerte, tristes y abatidos dejaron Jerusalén en dirección a una aldea a poca distancia, llamada precisamente Emaús. En el camino se les acercó Jesús Resucitado, pero no le reconocieron. Viéndoles desalentados, les explicó, según las Escrituras, que el Mesías debía padecer y morir para alcanzar su gloria. Después entró con ellos en casa, se sentó a la mesa, bendijo el pan y lo partió, y en ese momento le reconocieron, pero Él desapareció de su vista, dejándoles maravillados ante ese pan partido, nuevo signo de su presencia. E inmediatamente los dos regresaron a Jerusalén y contaron lo sucedido a los otros discípulos”.
Explicando el pasaje evangélico, Benedicto XVI ha evidenciado que la localidad de Emaús no ha sido identificada con certeza y esto “nos permite pensar que Emaús representa en realidad todo lugar: el camino que conduce allí es el camino de todo cristiano; es más, el camino de cada hombre. En nuestros caminos Jesús Resucitado se hace compañero de viaje para encender en nuestros corazones el calor de la fe y de la esperanza y partir el pan de la vida eterna". Otro aspecto ha sido subrayado por el Papa: el "drama" de los discípulos de Emaús. Uno de ellos en efecto dice "nosotros esperábamos… ". "Este verbo en pasado - ha explicado el Papa - lo dice todo: hemos creído, hemos seguido, hemos esperado..., pero ya todo ha terminado. También Jesús de Nazaret, que se había demostrado profeta poderoso en obras y en palabras, ha fracasado, y nos hemos quedado desilusionados. Esta drama de los discípulos de Emaús aparece como un reflejo de la situación de muchos cristianos de nuestro tiempo. Parece que la esperanza de la fe ha fracasado. La propia fe entra en crisis, a causa de experiencias negativas que nos hacen sentir abandonados por el Señor. Pero este camino de Emaús en el que estamos puede convertirse entonces en camino de purificación y maduración de nuestra fe en Dios”.
A continuación, el Papa ha recordado que también hoy “podemos entrar en diálogo con Jesús, escuchando su Palabra; también hoy parte el pan para nosotros y se nos da a Sí mismo como nuestro pan". Por último, Benedicto XVI ha puesto en evidencia como el pasaje evangélico de los viandantes de Emaús encierra la estructura de la Santa Misa: "en la primera parte la escucha de la Palabra a través de las Sagradas Escrituras; en la segunda la liturgia eucarística y la comunión con Cristo presente en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre". Ha invocado a continuación la intercesión de Maria Santísima "para que cada cristiano y cada comunidad, reviviendo la experiencia de los discípulos de Emaús, redescubra la gracia del encuentro transformador con el Señor Resucitado". (S.L) (Agencia Fides 7/4/2008; Línea: 39 Palabras: 573)


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