VATICANO - Las respuestas de la Iglesia y de la sociedad al aumento de las personas sin techo: "en ellos se hace presente el Cristo doliente y resucitado"

martes, 19 febrero 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "El compromiso eclesial a favor de los sin techo se base en la verdad fundamental de que en ellos se hace presente Cristo que sufre y ha resucitado. Siguiendo el ejemplo de Cristo, es necesario escucharles, darles confianza y crear relaciones. Para lograrlo, la Iglesia tiene que salir a su encuentro en la calle, con una implicación positiva". Es una de las numerosas "Recomendaciones" que han surgido del Primer Encuentro Internacional sobre la Pastoral de los sin techo, promovido por el Consejo Pontificio para la pastoral de los Emigrantes e itinerantes, que se ha desarrollado del 26-27 de noviembre en el Vaticano. El Documento final, apenas publicado, recorre en síntesis los trabajos del congreso, reconduce las conclusiones y recomendaciones.
Entre los 19 puntos en que se articulan las Conclusiones, se recuerda ante todo que "debido a su condición, la persona sin morada fija tiene una singularidad y unicidad irrepetible. En una sociedad que lee las relaciones sociales en función de los intereses económicos, la Iglesia asume la misión de restituir el valor de la gratuidad, de la relación en su sentido más profundo". Para algunos "consideran la pobreza como la consecuencia de una vida sin valores y, en consecuencia, una culpa. Por lo tanto se ve la pobreza como una situación de la cual es casi imposible emanciparse”. Se recuerda sin embargo que vivimos en una "sociedad de riesgo", en la que nadie puede estar seguro de no acabar siendo pobre.
Se subraya a continuación el compromiso de la Iglesia: "En cada uno de los cinco continentes el ejemplo y la abnegación de las comunidades cristianas respecto a los "últimos entre los últimos" es una señal evidente del amor de Dios hacia la persona humana, viva donde viva y en la situación existencial en que se encuentre… La Iglesia, a través de sus múltiples instituciones, socorre a los sin techo gracias a comedores, refugios, cursos de formación profesional y empleo, advocacy, poniendo a disposición practicas para la contratación del empleo como parte integrante del proceso de integración en la comunidad y garantizando asistencia pastoral. Los cambios políticos y los fenómenos sociales en continua transformación necesitan de una acción profética por parte de las Iglesias locales. Hoy en día constatamos que ellas están constantemente comprometidas en defensa de la vida, a través de sus elecciones y el testimonio de que el amor a Cristo es una fuente de curación de las heridas de la indiferencia”.
Desde el momento que "el número de las personas sin techo tiende a aumentar sea en los Países industrializados como en aquellos en vías de desarrollo, en las grandes ciudades y en las zonas rurales, entre ciudadanos domiciliados e inmigrantes, incluidos hombres, mujeres de todas las edades y niños", los participantes en el encuentro subrayan que "los sin techo representan un desafío para toda la sociedad, que está llamada a la corresponsabilidad en la promoción de un acercamiento apasionado al problema".
Son por último, 36 las "Recomendaciones" que constituyen la tercera parte del Documento final del encuentro. Se recomienda a la sociedad entre otras cosas "crear una “rede” local, en la que se reconozcan las responsabilidades y las competencias, dando la preferencia a la programación antes que a la intervención en situaciones de emergencia". A la Iglesia se le recomienda la "fomentar la colaboración entre instituciones eclesiales, poniendo fin a la tendencia de actuar a solas, a veces con espíritu de competición" y la cooperación con las autoridades civiles, las otras denominaciones religiosas y con instituciones no confesionales. "Las Conferencias Episcopales y las correspondientes Estructuras Jerárquicas de las Iglesias Orientales Católicas hagan obra de “advocacy” en favor de los derechos a la casa y al desarrollo, en el espíritu de la Populorum Progressio", además se propone un día de oración para recordar las pobrezas extremas, quizá el 17 de octubre, día mundial contra la pobreza. A las Diócesis se sugiere destinar edificios eclesiales inutilizados como viviendas económicas y geriátricos, además de formar a los seminaristas, religiosos y agentes pastorales sobre los temas de la doctrina social de la Iglesia y sobre la atención pastoral de los pobres y marginados. Que las parroquias se conviertan en auténticas "comunidades de acogida": por tanto homilías y catequesis " han de prestar atención a las desventuras de los sin techo y a las consiguientes respuestas cristianas”.
Por último, el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes debe redactar un listado de las organizaciones que actúan con los sin techo, para facilitar el intercambio de "modelos" y simplificar la comunicación y la coordinación; dedicar cada año una semana a la sensibilización sobre las necesidades pastorales de las personas sin techo; dar una continuación a este primer Congreso. (S.L) (Agencia Fides 19/2/2008 - Líneas: 58 Palabras: 812)


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