VATICANO - Benedicto XVI a los Obispos latinos de las regiones árabes: "Que privilegiando el diálogo entre todas las partes, cese la violencia, se establezca en todas partes una paz verdadera y duradera, y se establezcan relaciones de solidaridad y colaboración"

lunes, 21 enero 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Deseo ante todo recordar la importancia que atribuyo al testimonio de vuestras Iglesias locales" ha dicho el Santo Padre Benedicto XVI a los Obispos de rito latino en las regiones árabes, a los que ha recibido en audiencia el 18 de enero con ocasión de la visita Ad Limina Apostolorum. "En vuestra región - ha continuado el Papa -, al desencadenarse sin fin la violencia, la inseguridad y el odio hacen muy difícil la convivencia entre todos, haciendo a veces temer por la existencia de vuestras comunidades. Es un desafío serio que se plantea a vuestro servicio pastoral, que os impulsa a reforzar la fe de los fieles y su sentido fraterno, para que todos puedan vivir en la esperanza basada en la certeza que el Señor no abandona nunca a los que se confían a El". El Papa ha invitado a los Obispos a estar cerca de las personas que les han sido confiadas a su ministerio, "sustentándolas en las pruebas e indicándoles siempre el camino de una auténtica fidelidad al Evangelio en el cumplimiento de sus deberes de discípulos de Cristo".
Aunque es comprensible que en situaciones particulares de dificultad los cristianos se vean obligados a dejar su país para vivir de modo más digno, el Papa ha exhortado a los Obispos a "animar y apoyar firmemente a todos los que eligen permanecer fieles en su tierra, para que no se convierta en un lugar arqueológico carente de vida eclesial". A continuación el Santo Padre ha dado pleno apoyo a las iniciativas de las Iglesias locales "para contribuir a la creación de condiciones socio-económicas adecuadas para ayudar a los cristianos que se han quedado en el país" y ha exhortado "a toda la Iglesia a aportar un apoyo vigoroso a dichos esfuerzos”.
Benedicto XVI ha invitado a los Obispos de las regiones árabes a consolidar y desarrollar "una comunión auténtica y una colaboración serena y respetuosa entre los católicos de diversos ritos" como "signo elocuente para los cristianos y para toda la sociedad". Además es necesario seguir profundizando las relaciones fraternas con las otras Iglesias y comunidades eclesiales, "elemento fundamental en el camino de la unidad y de un testimonio de Cristo", y promover el encuentro con los miembros de otras religiones, judíos y musulmanes, "para favorecer un respeto cada vez más grande de la dignidad humana, la igualdad de los derechos y deberes de las personas y una atención renovada a las necesidades de cada uno, en particular de los más pobres". Benedicto XVI ha deseado además vivamente "que se de siempre una auténtica libertad religiosa en todas partes y que no se obstaculice el derecho de cada uno de practicar libremente su religión, o de cambiarla. Se trata de un derecho primordial de todo ser humano".
En la segunda parte de su discurso, el Papa ha indicado como prioridad el sostén a las familias cristianas, que deben afrontar numerosos desafíos y una sólida formación de jóvenes y adultos, "para ayudarlos a fortificar su identidad cristiana y a afrontar con valentía y serenidad las situaciones que se presentan, en el respeto de las personas que no comparten sus convicciones". Hablando luego del compromiso en el ámbito de la educación y del servicio sanitario y social, que tiene el aprecio de las autoridades y de la población, el Santo Padre ha dicho: "En vuestras condiciones, desarrollando los valores de solidaridad, de fraternidad y de amor recíproco, anunciad en vuestras sociedades el amor universal de Dios, en particular por los más pobres y los más necesitados". Por último, el Papa ha rendido homenaje "al valiente trabajo de los sacerdotes, de los religiosos y de las religiosas, para asistir vuestras comunidades en su vida cotidiana y en su testimonio", y ha expresado su cercanía a todas las personas que sufren múltiples formas de violencia. Como conclusión del discurso, Benedicto XVI ha lanzado un llamamiento "a la sabiduría de todos los hombres de buena voluntad, en particular de quienes tienen responsabilidades en la vida colectiva, para que, privilegiando el diálogo entre todas las partes, cese la violencia, se establezca en todas partes una paz verdadera y duradera, y se establezcan relaciones de solidaridad y colaboración". (S.L) (Agencia Fides 21/1/2008; Líneas: 49 Palabras: 741)


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