VATICANO - "El Evangelio nos dice que el amor, partiendo del corazón de Dios y operando en el corazón del hombre, es la fuerza que renueva el mundo" subraya el Papa Benedicto XVI en el ángelus. Llamamiento para una solución pacífica de los problemas entre Turquía y el Kurdistán iraquí

lunes, 5 noviembre 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El encuentro de Jesús con Zaqueo, indicado en la página evangélica de la liturgia del XXXI domingo del tiempo Ordinario, 4 de noviembre, ha ofrecido al San Padre Benedicto XVI la ocasión para subrayar que "la gracia de ese encuentro imprevisible fue tal que cambió completamente de la vida de Zaqueo". En su discurso antes del ángelus con las fieles reunidos en la plaza de San Pedro, el Papa ha recordado como Zaqueo, que era "el recaudador de los impuestos de la autoridad romana, y precisamente por esto era considerado como un pecador público", al querer ver a Jesús que pasaba por Jericó y siendo bajo de estatura, se subió a un árbol. "Jesús se paró justo debajo de ese árbol - ha continuado el Papa - y se dirigió a él llamándolo por su nombre: '¡Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa. ¡Qué mensaje en esta sencilla frase! 'Zaqueo: Jesús llama por el nombre a un hombre despreciado por todos. 'Hoy': sí, justo ahora es para él el momento de la salvación. 'Tengo que hosperdarme': ¿por qué 'debo'?. Porque el Padre, rico en misericordia, quiere que Jesús vaya a 'buscar y salvar lo que estaba perdido'. La gracia de ese encuentro imprevisible fue tal que cambió completamente la vida de Zaqueo: ‘Ahora pues - le confesó a Jesús - daré la mitad de mis bienes a los pobres y, si he en algo he defraudado a alguien, devolveré cuatro veces más'. Una vez más el Evangelio nos dice que el amor, partiendo del corazón de Dios y operando en el corazón del hombre, es la fuerza que renueva el mundo."
El Santo Padre ha recordado a continuación la figura de San Carlos Borromeo, Arzobispo de Milán, de quien se celebraba su fiesta litúrgica "como modelo de Pastor ejemplar por su caridad, doctrina, celo apostólico y sobre todo por la oración". Su lema era "Humilitas", y como ha recordado Benedicto XVI, "la humildad lo empujó, como el Señor Jesús, a renunciar a si mismo para hacerse siervo de todos". Después el Papa ha concluido: “Recordando a mi venerado predecesor Juan Pablo II, que llevaba con devoción su nombre, confiamos a la intercesión de san Carlos a todos los Obispos del mundo, para los que invocamos como siempre la celeste protección de Maria Santo, Madre de la Iglesia" .
Después de la oración mariana, el Santo Padre ha lanzado un llamamiento por la solución pacífica de las tensiones entre Turquía y Kurdistán iraquí, y por la convivencia entre los pueblos. Estas son las palabras del Papa: "Las noticias de estos últimos días relativos a los acontecimientos en la región fronteriza entre Turquía e Irak son fuente, para mí y para todos, de preocupación. Deseo, por tanto, animar todo esfuerzo por el logro de una solución pacífica de los problemas que han emergido recientemente entre Turquía y el Kurdistán iraquí. No puedo olvidar que en esa región numerosas poblaciones han encontrado refugio para huir de la inseguridad y del terrorismo que han dificultado la vida en Irak en estos años. Precisamente en consideración al bien de aquellas poblaciones, que incluye también numerosos cristianos, deseo fuertemente que todas las partes se afanen para favorecer soluciones de paz. Deseo, además, que las relaciones entre poblaciones inmigrantes y poblaciones locales se produzcan en el espíritu de la elevada civilización moral que es fruto de los valores espirituales y culturales de todo pueblo y país. Que quien tiene la responsabilidad de la seguridad y la acogida sepa hacer uso de los medios adecuados para garantizar los derechos y deberes que están en la base de toda verdadera convivencia y encuentro entre los pueblos". (S.L) (Agencia Fides 5/11/2007 - Líneas: 45 Palabras: 667)


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