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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La actualidad del tema escogido para la 45° Semana Social de los Católicos Italianos, que se realiza en Pistoia y Pisa del 18 al 21 de octubre -“El bien común hoy: un compromiso que viene de lejos”- y las oportunidad que sea profundizado y precisado, para evitar un uso genérico y a veces impropio del término “bien común”, ha sido destacada por el Santo Padre Benedicto XVI en el Mensaje enviado al Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el Arzobispo de Génova, Angelo Bagnasco. El Papa recuerda sobre todo que “este año se cumple el centenario de la primera Semana Social de los Católicos Italianos, que tuvo lugar en Pistoia del 23 al 28 de septiembre de 1907, por iniciativa, sobre todo, del Prof. Giuseppe Toniolo, luminosa figura de laico católico, de científico y apóstol social, protagonista del Movimiento Católico”. Refiriéndose al tema del bien común, Benedicto XVI destaca: “En pasado, y hoy más que nunca tiempo de globalización, el bien común debe ser considerado y promovido también en el contexto de las relaciones internacionales y parece claro que, justamente el fundamento social de la existencia humana, el bien de cada persona resulta naturalmente inter relacionado con el bien de toda la humanidad”.
El Santo Padre citó su Encíclica “Deus caritas est” para destacar que “obrar por un justo orden en la sociedad es tarea inmediata de los fieles laicos... actuar en el ámbito político por construir un orden justo en la sociedad italiana no es tarea inmediata de la Iglesia como tal, sino de los fieles laicos. A esta tarea de gran importancia, estos deben dedicarse con generosidad y valentía, iluminados por la fe y por el magisterio de la Iglesia y animados por la caridad de Cristo”. Este es el motivo por el cual han sido instituidas las Semanas Sociales de los Católicos Italianos, que en el futuro podrán ofrecer “un aporte decisivo para la formación y la animación de los ciudadanos cristianamente inspirados”.
El Mensaje del Santo Padre prosigue: “La vida cotidiana muestra que la sociedad de nuestro tiempo tiene al frente múltiples emergencias éticas y sociales en grado de minar su estabilidad y comprometer seriamente su futuro. Es particularmente actual la cuestión antropológica, que abraza el respeto de la vida humana y la atención a dar a las exigencias de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer. Como ha sidó varias veces reafirmado, no se trata de valores y principios solo “católicos”, sino de valores humanos comunes a ser defendidos y tutelados, como la justica, la paz y el cuidado de la creación. ¿Qué decir, además, de los problemas relativos al trabajo en relación a la familia y a los jóvenes? Cuando la precariedad del trabajo no permite a los jóvenes de construir una familia, el desarrollo auténtico y completo de la sociedad resulta seriamente comprometido”.
En la última parte del Mensaje el Papa cita “un ámbito específico, que también en Italia estimula a los católicos a interrogarse: es el ámbito de las relaciones entre religión y política. La novedad sustancial traída por Jesús es el hecho que Él abrió el camino hacia un mundo más humano y más libre, en el pleno respeto de la distinción y de la autonomía que existe entre aquello que es del César y aquello que es de Dios (cfr Mt 22, 21). La Iglesia, por lo tanto, si bien por un lado reconoce no ser un agente político, por otro no puede dispensarse del interesarse por el bien de toda la comunida civil, en la cual vive y obra, y a la cual ofrece su peculiar atributo formando en las clases políticas y emprenditoriales un genuino espíritu de verdad y de honestidad, dirigido a la búsqueda del bien común y no del beneficio personal”. (S.L.) (Agencia Fides 19/10/2007; líneas 45, palabras 682)
