VATICANO - Las religiones en defensa de la dignidad del hombre, para promover la unidad y la paz de la familia humana: concluyó el Curso Internacional de Formación de Capellanes Militares Católicos

lunes, 15 octubre 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “La defensa de la dignidad humana es el único rayo de luz en medio de las tinieblas de la guerra. Un rayo de luz que puede iluminar las mentes, una pequeña flama que puede disolver el odio y el resentimiento en los corazones, una sutil línea roja que permite al hombre no perderse y no detenerse en el camino del amor que conduce a Dios”. Estas palabras del Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, Cardenal Renato Martino, en la conclusión del II Curso Internacional de formación de capellanes militares católicos en derecho humanitario, dan una idea de la profunda y compleja reflexión cumplida en los dos días de sesiones que reunieron en el Palacio San Calixto, en Vaticano, los días 12 y 13 de octubre, unos ochenta Ordinarios y Capellanes militares, además de expertos de 30 países del mundo.
“La guerra no es un derecho -afirmó el Cardenal- e incluso en el caso en que sea motivada por la necesidad de defender vidas inocentes, debería someterse a reglas precisa compatibles con la dignidad humana. Desde esta perspectiva -agregó el Presidente de Justicia y Paz, el dicasterio vaticano promotor de la iniciativa junto con la Congregación para los Obispos y los Pontificios Consejos para el Diálogo Interreligioso y para la Unidad de los Cristianos- no simplemente por cálculos políticos o estratégicos, el derecho internacional humanitario debe ser considerado una de las expresiones más felices y eficaces para promover la paz y la verdad”. De ello se desprende también el apoyo pleno de la Iglesia a todo lo que el derecho humanitario propone, así como el sincero compromiso de cada auténtico creyente en seguir dichos principios incluso en situaciones extremas y brutales como puede ser un conflicto armado.
En precedencia, en la primera de las cuatro relaciones de la mañana dedicada a la cooperación entre las religiones y sociedad civil, el Arzobispo estadounidense Edwin F. O’Brien, Ordinario militar emérito de los Estados Unidos, hizo referencia entre otras cosas a la delicada distinción moral enter técnicas lícitas de interrogatorio y tortura den el caso de prisioneros terroristas. La Secretaría General de Caritas Jerusalén, Claudette Habesch, al ser interrogada sobre el tema de la defensa de la dignidad humana en el caso de los conflictos armados, se hizo dolorosamente portavoz de las continuas violaciones de los derechos humanos y de los principios humanitarios en Tierra Santa, destacando la acción de la Iglesia Católica en defensa de la justicia y de la paz en la región.
El Arzobispo Silvano M. Tomasi, Observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y las Organizaciones internacionales de Ginebra, al tratar el tema de la identidad y neutralidad del derecho humanitario, había puesto a la luz las oportunidades y las dificultades de colocar junto con los símbolos tradicionales de la Cruz Roja y la Medialuna Roja el nuevo símbolo del “Cristal Rojo” (un cuadrado rojo apoyado sobre un ángulo), según indicación del III Protocolo a la Convención de Ginebra. En definitiva, sobre el difícil y complejo argumento de la relación entre las armas nucleares y el derecho humanitario, desde el punto de vista moral y jurídico, el Juez y Vice-Presidente emérito de la Corte internacional de Justicia de la Aya, Raymond Ranjeva, recordó el pronunciamiento de la misma Corte, según el cual la amenaza o el empleo de armas nucleares estaría de manera general en contra del derecho internacional, dada la obligación jurídica de la desnuclearización. (S.L.) (Agencia Fides 15/10/2007; líneas 42, palabras 606)


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