Paramatta (Agencia Fides) - Los nuevos movimientos eclesiales y las nuevas comunidades son “la primavera de la misión” en Oceanía. Así afirma el Obispo de Paramatta, Mons. Kevin Manning, al día siguiente del encuentro del Santo Padre con los movimientos eclesiales, en la festividad de Pentecostés. Según el Obispo, los nuevos movimientos como el Camino Neocatecumenal, Comunión y Liberación y otras realidades eclesiales nacidas tras el Concilio Vaticano II, han traído un viento de renovación que la comunidad católica australiana está llamada a acoger: de ellos llega una nueva estación de la misión en Oceanía, señaló. “La renovación debe ser bienvenida y debe constituir un estímulo para dar nueva linfa y nueva vida a la Iglesia. La diversidad de los carismas es una riqueza para toda la comunidad”, dijo, invitando a todos los fieles a abrir de par en par los corazones y acoger los dones que el Espíritu Santo ha suscitado y continua suscitando en la Iglesia. Toda Oceanía se debe aprovechar de las nuevas contribuciones con espíritu de apertura y disponibilidad.
La Iglesia australiana exhorta a los laicos, a las comunidades eclesiales, los movimientos juveniles a ser miembros activos en la vida de las Iglesias locales. Los Obispos han dicho que “es conmovedor escuchar noticias de la maravillosa obra de los movimientos y poder contar con su compromiso y su espiritualidad”.
“Los movimientos laicales, las asociaciones, las nuevas comunidades eclesiales nacidas en el post-Concilio son una riqueza para la Iglesia, la fortalecen y dan vida. Su efecto es como el de una transfusión de sangre para la Iglesia del tercer milenio”, declaró recientemente Mons. Christophere Prowse, Obispo auxiliar de Melbourne. Mons. Prowse señaló los principales elementos que caracterizan la identidad de los movimientos eclesiales y ha alentado a los jóvenes católicos a entrar a formar parte de ellos, para ser sostenidos en su camino. Los puntos necesarios que los nuevos movimientos deben tener presentes siempre son: la llamada a la santidad; el fuerte amor por Jesucristo y por la Iglesia; el punto de referencia constante al magisterio petrino; el uso cotidiano de la Palabra de Dios y la promoción de una plena vida sacramental; una atención particular a la evangelización, asumiendo responsabilidad social; el amor a María; el esfuerzo por el diálogo ecuménico e interreligioso. (Agencia Fides 6/6/2006 Líneas: 30 Palabras: 393)