Roma (Agencia Fides) - El “Código da Vinci”, película de Ron Howard producido por Sony y basado en una novela de Dan Brown, no ha gustado a los 3.000 espectadores provenientes de todo el mundo que antes de ayer asistieron en Cannes al pre-estreno mundial. Al finalizar la proyección la sala quedó en silencio. Hielo y ningún aplauso. “Es la demostración de que las mentiras no van a ningún lado”, dijo Giuseppe Corigliano ayer en Roma. “Nuestra fe sin embargo nos impide gozarnos de las desgracias ajenas, no encontramos placer por tanto con el resultado obtenido por la película de la Sony”. “Tampoco el libro es una obra maestra”, dicen los críticos, “y la película se resiente del pesado tramado ideológico”. Concluye así uno de acontecimientos mediáticos más clamorosos del año. El libro de Dan Brown, que ha vendido millones de copias, narra el presunto matrimonio de Jesús (que no habría sido por lo tanto crucificado, ni tanto menos resucitado), y habla de los descendientes de este matrimonio que habrían dado vida a la familia real francesa y a la cadena de homicidios que el Opus Dei habría organizado para conservar el secreto.
“La película ha conservado las escenas de la película que son falsas, injustas y ofensivas para los cristianos. Es más, multiplica el efecto injurioso del libro, gracias a la fuerza que poseen las imágenes. Se ha confirmado además que la película no será precedida por un aviso que explique que cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. A pesar de nuestras repetidas peticiones en este sentido. Es más, no hemos recibido respuesta a nuestras repetidas peticiones de un encuentro con los responsables de la Sony”, declaró Corigliano. La reacción del Opus Dei ha sido clamorosa. En vez de invocar censuras o iniciar manifestaciones de intolerancia, como probablemente la Sony esperaba para obtener así una publicidad indirecta, el Opus Dei ha lanzado la operación “Open House”.
“Durante años hemos tratado sin éxito de hablar de nuestra experiencia cotidiana de caridad y formación”, explicó Corigliano. “Pero es sólo ahora cuando lo hemos conseguido aprovechando la publicidad que la película nos ha dado. Antes no interesábamos a los mass media. Ahora, tras la novela y la película, los periódicos de todo el mundo están en busca de noticias sobre nosotros. Tenemos finalmente la oportunidad de abrir al mundo las puertas de nuestra comunidad y de contar a todos lo que hacemos por nuestro prójimo”.
S.E. Mons. Javier Echevarría, madrileño con ascendentes vascos, 74 años, durante 30 secretario del fundador, Escrivá de Balaguer, su segundo sucesor como Prelado de la “Sociedad de la Santa Cruz y del Opus Dei”, dijo: “Este fantasioso señor nos ha hecho salir ganando - y no solamente en dólares - junto con tantos otros que nos atacan: según lo que nos enseñó nuestro Padre, rezamos con el mismo fervor por quien nos alaba que por quien nos difama. Solamente he hojeado el libro. No tengo tiempo que perder con novelillas para ingenuos. De todas formas, no es de reprobar por lo que dice de nosotros: son las típicas cosas que nos hacen sonreír. Lo que me llena de dolor son los delirios grotescos sobre nuestro Señor y nuestra Santa Madre Iglesia. Que digan lo que quieran de la Obra, pero que no blasfemen contra la fe. A fin de cuentas, ¿por qué este ensañamiento contra el Opus Dei? Porque es conocida nuestra adhesión al Papa, nuestra fidelidad a la Iglesia, nuestro rigor por la ortodoxia de la fe. Nos atacan para atacar estas realidades: según ellos, nosotros no somos sino la criatura hipócrita de una Iglesia Católica que no puede dar otra cosa sino frutos envenenados. Y después también porque, cuando no se cree ya en el demonio, el de verdad, se buscan otros imaginarios. La pérdida de la fe conduce siempre a la superstición”.
En los meses pasados, insiste con la sonrisa en los labios Corigliano, muchos católicos, cristianos de diversas confesiones, hebreos, musulmanes, otros creyentes y ciudadanos de buena voluntad, habían hecho sentir su voz pidiendo respeto. Parece que su petición no ha tenido éxito. “La petición de respeto es fruto simplemente del buen sentido, y hace referencia a los compromisos que la Sony ha cogido en relación con la sociedad”, explicó Corigliano. “En el Código de Conducta del Grupo Sony se afirma, entre otras cosas: “Dándonos cuenta de cómo una conducta, que en una región puede ser social y profesionalmente aceptable, sin embargo en otra región puede ser vista en manera diversa, el personal de la Sony debe ser atentamente respetuoso hacia las diferencias culturales o regionales en el cumplimiento de sus propios deberes”. Se lee también que ningún empleado de la Sony “puede expresar insultos raciales o religiosos, ni bromas ni otros comentarios o comportamientos que puedan crear un ambiente de trabajo hostil”. Los dirigentes de la Sony han declarado muchas veces este compromiso ético. En una reciente publicación de la compañía, un alto directivo reconocía que “sus negocios tienen una influencia directa o indirecta sobre la sociedad en la que trabajan”.
Otro afirma que “la ética y la integridad deben ser parte del ADN de la Sony”. Y un tercero llega a decir que “una empresa no puede prosperar si no respeta el ambiente y la sociedad en la que vive”. Nadie en estos meses se ha atrevido a hacer afirmaciones tan audaces como los dirigentes de la Sony, aunque después todas sus declaraciones han sido desmentidas por esta deplorable falta de respeto frente a centenares de millones de cristianos. El fin económico no justifica los medios ofensivos. No es la víctima la que pierde la dignidad; quien se degrada es el agresor. Los acontecimientos de los últimos meses han llevado a muchos creyentes a profundizar la fe cristiana, a conocer mejor el Evangelio y la Misa, su historia y su presente. Como hace veinte siglos, Jesucristo continúa siendo “escándalo y locura” para algunos. Pero son más aquellos que - gracias a un don recibido, no por méritos propios - creen que Jesucristo es verdaderamente el Hijo de Dios y el Redentor del hombre, venido al mundo para difundir la caridad”. Citando un dicho americano, “transformar los limones en limonada”, la Prelatura del Opus Dei no sólo ha evitado de esta manera cualquier polémica, sino que ha aprovechado la buena ocasión que la difamación le ofrecía.
Las visitas en el sitio internet - para Italia www.opusdei.it - son ya en el mundo, unas 3 millones al mes, innumerables los servicios en periódicos y televisiones. La estrategia de la transparencia (“Mostrar el Opus Dei como es, no polemizar sobre como no es”) ha dado resultados sorprendentes, ampliando el círculo de amigos y de quienes les aprecian. “En Roma, por iniciativa de nuestros miembros, se está construyendo un modernísimo policlínico, el Campus Bio-médico, abierto a quien tenga necesidad”, explicó Giuseppe Corigliano. “El trabajo está ya muy avanzado. El coste final será de 250 millones de euros. También Roma, desde hace 40 años hemos construido y gestionamos un gran centro profesional, el Elis, de donde han salido más de 10.000 jóvenes especializados. Chicos de las barriadas que se convierten en artesanos estimados y acomodados. En todo el mundo, la gente del Opus Dei inventa y se hace cargo de las más diversas obras sociales; centenares de millones de dólares que no vienen de la Obra - que está sólo al servicio de la formación espiritual - sino de la generosidad de los 85 millones de hombres y mujeres que la forman y que viven el espíritu del fundador”. Según el Prelado Mons. Javier Echevarría: “Para nosotros que creemos en la Providencia, no hay ningún mal aparente que no se revele como un bien real”. (Andrea Piersanti) (Agencia Fides 18/5/206 Líneas: 88 Palabras: 1288)