Ilya Plekhanov - Wiki Commons
Phnom Penh (Agencia Fides) – Camboya y Tailandia han firmado un acuerdo de desarme para retirar las armas pesadas de la frontera, en un pacto suscrito bajo los auspicios de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), en el marco de la tregua establecida el pasado 7 de agosto, tras un mes de enfrentamientos bélicos en la frontera. La primera fase del plan de desarme se llevará a cabo en noviembre, mientras que la segunda está prevista para diciembre. El proceso es supervisado por los altos mandos militares de ambos países, que se han reunido el 31 de octubre con la mediación de la ASEAN, «con el fin de restablecer la confianza mutua y la estabilidad a lo largo de la frontera», afirma un comunicado de la organización.
Las armas pesadas se han agrupado en tres tipos: sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes, armas de artillería, y tanques y vehículos de combate. Las partes han acordado proporcionar información actualizada sobre los progresos realizados en la retirada de las armas, «para garantizar la transparencia, la responsabilidad y la confianza en la aplicación».
El jesuita Enrique Figaredo, prefecto apostólico de Battambang, provincia fronteriza entre Camboya y Tailandia, comenta a la Agencia Fides: «La noticia de este pacto de desarme nos anima y nos llena de esperanza. El pueblo camboyano percibe una nueva atmósfera, que está cambiando positivamente». El P. Figaredo continúa: «Tomamos nota de que las fronteras entre las dos naciones siguen cerradas; no hay intercambios ni pasos fronterizos, lo que afecta a las actividades económicas que antes florecían entre los dos países, sobre todo en lo que se refiere al comercio y también a los trabajadores». Y añade: «Parece que en Tailandia hay un enfoque político más inclinado a la pacificación, y en Camboya estamos contentos por ello. Se vislumbra una posibilidad de paz».
El misionero además observa: «Por supuesto, en Camboya todavía tenemos unos 100.000 desplazados internos, en campos de refugiados, que esperan volver a sus hogares, mientras que el territorio está completamente militarizado, y desean reanudar sus actividades. Hay un gran deseo de volver a la normalidad y estos avances en la reconstrucción de buenas relaciones nos dan esperanzas».
«Como católicos, la paz entre Camboya y Tailandia está presente en nuestras oraciones diarias y en las intenciones de la Eucaristía. Invocamos con el Papa León una paz desarmada y desarmante. Que el Señor abra un camino e ilumine las mentes de los hombres para que puedan tomar decisiones de reconciliación y paz», concluye el P. Figaredo.
(PA) (Agencia Fides 4/11/2025)