Archdiocese of Karachi
Karachi (Agencia Fides) – «El terrorismo es un problema que afecta tanto a Pakistán como a Afganistán. Es necesaria una alianza para derrotarlo juntos, no otra guerra. Observamos con pesar y preocupación el nuevo conflicto en la frontera con Afganistán, tras las tensiones y los enfrentamientos con la India en el frente de Cachemira. No debemos perder de vista el bien primordial para nuestro pueblo y para los pueblos vecinos: la paz», declara a la Agencia Fides don Mario Angelo Rodrigues, sacerdote de la Arquidiócesis de Karachi, mientras se intensifican los combates en la frontera entre Pakistán y Afganistán.
El sacerdote, director del prestigioso Instituto Superior Católico St. Patrick de Karachi, que acoge a más de 4.000 estudiantes -cristianos, musulmanes e hindúes-, recuerda que «entre nuestros jóvenes seguimos promoviendo y sensibilizando sobre la importancia de una cultura de paz». Además, subraya que «en un mundo desgarrado por los conflictos, las comunidades católicas de Pakistán rezan intensamente cada domingo por la paz y elevan a Dios sus intenciones de oración por la reconciliación, tanto entre Pakistán e India como entre Pakistán y Afganistán».
«Sin embargo -precisa don Rodrigues-, en nuestra sociedad la gente tiene poca conciencia de estas dinámicas y de estos conflictos porque, dada la pobreza generalizada, está ocupada pensando en la supervivencia, en el sustento diario. La primera urgencia es encontrar comida para la propia familia», recuerda.
Más de diez civiles afganos murieron y más de un centenar resultaron heridos en la noche del 14 al 15 de octubre, mientras continúan los intensos combates a lo largo de la frontera común entre Pakistán y Afganistán, que se prolongan desde el 11 de octubre.
Fuentes de seguridad paquistaníes acusaron a las tropas afganas de realizar «fuego injustificado», que fue repelido en Kurram, un distrito de la provincia paquistaní de Khyber Pakhtunkhwa. Según dichas fuentes, el ejército paquistaní mató durante la noche a 30 combatientes talibanes afganos en la provincia afgana de Khost y destruyó un importante centro de entrenamiento utilizado por los talibanes pakistaníes.
Por su parte, Afganistán afirmó haber matado a 58 soldados paquistaníes en operaciones de represalia por «repetidas violaciones del territorio y del espacio aéreo afganos». El Gobierno talibán de Kabul denunció que Pakistán había llevado a cabo ataques en la provincia de Kandahar, en la frontera suroeste, mientras que el ejército paquistaní sostiene que los enfrentamientos fueron orquestados por los talibanes en Afganistán.
Los combates a lo largo de la frontera se interrumpieron temporalmente el 12 de octubre, tras los llamamientos de Arabia Saudí y Qatar, aunque los pasos fronterizos permanecen cerrados. La reanudación de los enfrentamientos pone de relieve la creciente tensión entre ambos países.
El Gobierno talibán acusa a Pakistán de haber iniciado el conflicto mediante ataques aéreos en Kabul y en el este de Afganistán, violando la soberanía del país. Por su parte, los medios estatales paquistaníes aseguran que el ejército ha atacado escondites de los talibanes pakistaníes (Tehreek-e-Taliban Pakistan, TTP), grupo aliado de los talibanes afganos. Pakistán acusa al Gobierno talibán de albergar y proteger al TTP, responsable de numerosos atentados en territorio paquistaní, acusaciones que Kabul niega rotundamente.
Las relaciones entre ambos países se mantienen frías desde el regreso de los talibanes al poder en 2021, y la tensión ha sido constante durante los últimos meses: más de 500 personas -entre ellas 311 soldados y 73 policías- han muerto en diversos enfrentamientos entre enero y septiembre de 2025.
(PA) (Agencia Fides 15/10/2025)