Lima (Agencia Fides) - Se acaba apenas de celebrar la Jornada Mundial de lucha contra la tuberculosis. En diez años, Perú ha conseguido reducir los casos de esta enfermedad infectiva al 40%, respecto a los 50.000 del 1995 y a los 30.000 del año pasado. Actualmente se registran entre los 28.000 y 30.000 infecciones.
En el 2005, murieron 1.112 peruanos a causa de la enfermedad, casi la mitad de las muertes que se registraron en 1997, que fueron 2.223. El 54% de los enfermos de tuberculosis está concentrado en la capital peruana y en el cercano puerto de Callao. Las autoridades sanitarias han evidenciado la estrecha relación de la enfermedad con la pobreza y el hecho de que las cárceles sean los lugares de mayor difusión de infecciones.
El Gobierno ha construido clínicas especializadas en nueve lugares de detención del país, entre ellos la prisión de San Juan de Lurigancho, que recoge a 8.000 presos. Según una fuente del Comité Internacional de la Cruz Roja, la cárcel de Lurigancho tiene la tasa de morbilidad más alta del Perú, porque dentro está el cuádruplo de las personas previstas en el momento de su construcción. Si en cualquier punto del país se registra una incidencia de 120 pacientes por cada 100.000 habitantes, en la prisión de Lurigancho se llega a 1.500 por cada 100.000.
El Ministerio de la Sanidad local ha dispuesto el triple de la suma invertida hasta ahora en el país para la prevención, diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis. Paralelamente, el Fondo Global de las Naciones Unidas de lucha contra la tuberculosis, Sida y malaria destinará 32 millones de dólares hasta el 2010 a favor de estas enfermedades en la nación andina. (AP) (25/3/2006 Agencia Fides; Líneas:21 Palabras: 294)