Archdiocese of Seoul
Seúl (Agencia Fides) - En el altar mayor de la catedral de Seúl se alza el símbolo de la Iglesia local para el año jubilar: es la «Cruz jubilar por la paz», hecha a mano con alambre de espino tomado de la «Cortina de Bambú» de la Zona Desmilitarizada, la que divide, a lo largo del paralelo 38, Corea del Norte de Corea del Sur. Frente a esa cruz simbólica se ha celebrado el 30 aniversario de la creación del «Comité para la Reconciliación de la Archidiócesis Coreana de Seúl» (KRCAS), con dos iniciativas: la publicación de un libro que relata treinta años de camino; la celebración de una misa para conmemorar treinta años de compromiso e invocar de Dios la paz y la reconciliación.
«En 1995, 50 años después de la división nacional y 45 años después de la guerra de Corea, año en que el cardenal Stephen Kim Sou-hwan anunció oficialmente su deseo de visitar Corea del Norte, se creó el Comité de Reconciliación de nuestra archidiócesis», ha recordado el arzobispo de Seúl, Peter Chung Soon-Taick, actual presidente del KRCAS. El Arzobispo, que también es Administrador Apostólico de Pyongyang, ha reflexionado sobre los 30 años de historia del Comité, que siempre ha tratado de mantener viva, a nivel moral, cultural y espiritual, la llama de la reconciliación y la esperanza de una paz definitiva y la reunificación de Corea del Norte y Corea del Sur.
En sus 30 años de existencia, el Comité se ha comprometido con oraciones, iniciativas educativas, investigaciones, proyectos de cooperación con el Norte y con un momento especial y continuo de oración comunitaria: la Eucaristía por la Reconciliación y la Unidad de Corea, celebrada todos los martes en la catedral católica de Myeongdong, en Seúl, que ha alcanzado ya la cifra de 1457 misas celebradas con esa intención.
Sobre las actuales relaciones intercoreanas, el Arzobispo ha lamentado que «la situación actual en la península coreana se rija por el mecanismo del odio, el conflicto y la división, y no por el amor, la reconciliación y la unidad». Por ello, ha instado a todos a «buscar el valor para que podamos continuar nuestro camino hacia la reconciliación nacional y recordar nuestra misión por la paz en esta tierra: la reconciliación intercoreana y la evangelización de todos los pueblos».
En su homilía de la misa celebrada en Seúl, a la que han asistido más de 400 fieles, sacerdotes, religiosos, laicos y refugiados norcoreanos, el arzobispo Chung ha hecho un llamamiento a la conversión «para que cambien los corazones», invitando a la KRCAS a «tomar la iniciativa de unir sus manos con otras religiones, la sociedad civil, el mundo de la política, así como otras organizaciones y miembros dentro de la Iglesia, para compartir el camino de la conversión tanto en Corea del Norte como en Corea del Sur».
Presente en la ceremonia, el Nuncio Apostólico en Corea, el Arzobispo Giovanni Gaspari, ha declarado: «En medio de las actuales tensiones y conflictos que rodean a la Península de Corea, vuestros esfuerzos por dejar de lado el odio por la división y abrir un nuevo capítulo de reconciliación son más preciosos que nunca. La Santa Sede sigue de cerca estos esfuerzos y se une en la oración por la reunificación pacífica de la Península de Corea», esperando que el trabajo de KRAS «dé frutos aún más abundantes en su compromiso por la paz y la reconciliación y que, a través de sus actividades, el espíritu de reconciliación y unidad se difunda más ampliamente». El Comité también ha querido conceder certificados de mérito y reconocimiento a personas que se han distinguido por su dedicación a la causa de la reconciliación y la paz en la península coreana.
El Comité para la Reconciliación en Corea de la archidiócesis de Seúl fue fundado por el difunto cardenal Stephen Kim Sou-hwan, entonces arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang, el 1 de marzo de 1995, con ocasión del 50 aniversario de la liberación de Japón, con el objetivo principal de activar la responsabilidad de la Iglesia en la labor de reconciliación en la península coreana. Basándose en principios como «transformar el odio en amor, la discordia en reconciliación y la división en unidad», el Comité ha realizado actividades basadas en tres ejes pastorales: la oración, la educación para la paz y el compartir. El Comité ha fundado después un centro de investigación afiliado, el Instituto para la Paz Compartida, con una misión específica de investigación académica, social y cultural.
Cada año, el Comité y el Instituto organizan una peregrinación especial de jóvenes llamada «El viento de la paz», que tiene lugar a lo largo de la Zona Desmilitarizada, en la frontera entre las dos Coreas, y cuyo objetivo es concienciar a los jóvenes de todo el mundo para que sean apóstoles de la paz.
(PA) (Agencia Fides 22/3/2025)