ÁFRICA/SUDÁN DEL SUR - No cesa la violencia contra lugares de culto, líderes religiosos y personas inocentes: el testimonio del obispo Hiiboro-Kussala

viernes, 13 diciembre 2024

EHK

Por Antonella Prenna

Tombura-Yambio (Agencia Fides) – “Los ataques contra lugares sagrados son una afrenta a la humanidad y una violación de la dignidad humana. Una iglesia, una mezquita, un hospital, una escuela y una embajada son lugares sagrados, lugares de refugio, paz y seguridad. Son espacios diseñados para proteger a los inocentes, no para convertirse en objetivos de la violencia”. Así lo declara a la Agencia Fides Eduardo Hiiboro Kussala, obispo de la diócesis de Tombura-Yambio (CDTY) en Sudán del Sur, que ha intervenido tras un violento ataque en la tarde del 10 de diciembre contra la parroquia de Santa María Auxiliadora en Tombura.

“Unos individuos armados abrieron fuego indiscriminadamente en el campo de refugiados, matando trágicamente al señor Undo e hiriendo gravemente a una mujer», informa el prelado. «Se trata de un acto de violencia reprobable. Condeno drásticamente este brutal acto de agresión, que se ha cobrado la vida de un inocente y ha dejado a otros traumatizados y heridos. Expreso mi más sentido pésame a la familia de la víctima y rezo por la pronta y total recuperación de la mujer herida. Solidaridad y apoyo a las personas desplazadas que quedan y, en particular, al padre Santino Makuei, sacerdote responsable de la parroquia. Que Dios les dé fuerza en estos momentos difíciles”.

El obispo Kussala ha calificado de injustificable este enésimo acto de violencia y ha hecho un llamamiento a los responsables para que se arrepientan, pidan perdón a Dios y se aparten de la violencia. “El camino de la paz es el único camino a seguir”. Dirigiéndose a los altos funcionarios del gobierno, les exhorta “a proteger sin demora a las poblaciones vulnerables, en particular a los desplazados. La situación en el condado de Tombura se ha descontrolado y es deber del gobierno restablecer el orden y garantizar la seguridad de sus ciudadanos”, señala. “Tres años de violencia en el condado de Tombura y, sin embargo, parece que el más alto cargo del país no actúa ni se preocupa. ¿No es responsabilidad del gobierno proteger a su pueblo?”.

“El mismo día de este atentado, con el cardenal Gabriel Zubeir Wako (arzobispo emérito de Jartum y primer cardenal sudanés) celebramos la Santa Misa en la parroquia, expresando nuestra solidaridad con los desplazados. El cardenal subrayó el carácter sagrado de la vida humana y la necesidad de paz. Instó a la gente a abstenerse del odio, la violencia y la división, y a abrazar el perdón y la reconciliación. Invité al cardenal Zubeir a bendecir nuestra diócesis, especialmente Tombura, y a pedir el fin de la violencia comunal”, explica el obispo Kussala.

“Estamos en el tiempo de Adviento, un tiempo de preparación de nuestros corazones para el nacimiento de nuestro Salvador, que vino a traer la paz al mundo. Asumamos todos la responsabilidad de construir la paz en nuestras comunidades, en nuestro país y en nuestros corazones. Invito a todos a rezar fervientemente por la paz: paz en Tombura, en Sudán del Sur y en nuestros corazones. Que cada uno de nosotros ponga de su parte para crear un entorno de amor, respeto y comprensión recíproca”.

Destacando los continuos y graves incidentes de violencia contra la Iglesia, los representantes religiosos y los más vulnerables, el obispo Kussala, en una declaración anterior y reciente, había condenado la nueva agresión sufrida por el obispo de la diócesis de El Obeid, en Sudán, Yunan Tombe Trille Kuku Andali, junto con el diácono Joseph, por parte de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). “Desde el estallido de la guerra en abril de 2023, el obispo Tombe Trille se negó a huir y permaneció con las personas que buscaban refugio en la curia, musulmanes y cristianos por igual, a pesar de que la puerta de la catedral María Reina de África fue volada por la explosión de una bomba. Todos se quedaron con él, dentro de los locales de la iglesia”, cuenta el prelado a la Agencia Fides.

El incidente al que se refiere Kussala se remonta al 20 de abril de 2023, apenas cinco días después del estallido de los combates entre las SAF y las RSF, cuando el obispo Tombe Trille y algunos miembros del clero escaparon de la muerte tras la caída de varios misiles en los locales de la catedral (véase Fides 2/5/2023), que destruyeron su puerta principal y la residencia de los sacerdotes. Se dice que el incidente ocurrió mientras el obispo de El-Obeid y los sacerdotes estaban rezando.

“Desde que estalló la guerra -continúa Hiiboro-, el obispo Tombe Trille ha trabajado en condiciones extremadamente peligrosas, sin escatimar esfuerzos. Incluso el gobierno le ha pedido que preste algunos servicios, sobre todo de educación para los niños de la zona. La mayoría de sus sacerdotes están dispersos por todas partes sin poder comunicarse con él, que, a su vez, corre peligro cada vez que se desplaza de un pueblo a otro. En noviembre, para poder unirse a nosotros en la asamblea plenaria de los obispos en Juba, tuvo que desplazarse en secreto para cruzar de Sudán a Sudán del Sur. Ya había sufrido otros ataques en el pasado. Una vez le torturaron con la punta de un gran cuchillo en los pies, pinchándole hasta que gritó de dolor, y luego le dejaron allí, robándole su anillo episcopal y su cruz pectoral”.

“Cuando llegó a Sudán del Sur, quiso compartir con nosotros las grandes dificultades que viven a tan corta distancia. A veces no tienen agua para beber, pasan semanas sin lavarse, les falta comida, pan, azúcar y todo lo esencial. También nos habló de la enorme pérdida de vidas o de los atrapados en el fuego cruzado y otros malos tratos”.

“Al final de nuestro encuentro, quiso inmediatamente volver a El Obeid donde el 5 de diciembre sufrió esta enésima violencia que casi le lleva a la muerte junto con su diácono. En el mensaje que me envió escribió estas palabras para compartirlas con sus hermanos obispos: 'Acabo de llegar a El Obeid junto con el diácono Joseph. Esta vez nos trataron mal, después de robarme me golpearon fuertemente en el cuello, la frente, la cara y la cabeza. No puedo masticar y realmente hemos corrido el riesgo del martirio”.

“Nosotros, la Iglesia local de Sudán del Sur, hemos condenado enérgicamente este atentado - señala el obispo de Tombura-Yambio -. Es un acto muy grave, un ataque a la Iglesia que afecta a todo el cuerpo eclesiástico. Un obispo no representa ninguna amenaza para el gobierno o la política de nadie. Un obispo es una persona neutral que trabaja para llevar la palabra de Dios y ofrecer servicios sociales a la comunidad. Instamos a estas fuerzas combatientes a la ética, el respeto y los buenos modales, así como a la protección de las minorías y las personas de distintas religiones. La comunidad internacional debe condenar a los responsables de estos abusos en la región, incluido el ataque contra el obispo Trille Tombe”.

La conversación con el obispo Hiiboro termina con su llamada a la oración y su llamamiento a la ayuda humanitaria para el pueblo de Sudán. “Invito a todos a rezar por el obispo Trille Tombe, por el arzobispo de Jartum, Michael Didi Adgum Mangoria, que también está en Sudán, en Akbar. Y rezamos también por el obispo auxiliar de Jartum, Daniel Adwok, que está en Kosti, y por todos los sacerdotes que están ocupados en las distintas aldeas atendiendo a la gente. Pido asimismo cualquier ayuda humanitaria que pueda aliviar el gran sufrimiento del pueblo sudanés y de quienes están con él”.

“Encomendamos al Señor a todos estos hermanos nuestros para que encuentren la paz en sus tierras. Hemos escrito a las fuerzas combatientes de Sudán invitándolas a reunirse para encontrar una solución a estas emergencias y detener los combates para que la gente pueda estar a salvo y regresar a sus lugares”.
(Agencia Fides 13/12/2024)

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