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El Cairo (Agencia Fides) - «La primera pieza de color azul es la lluvia que hace unos días empapó las polvorientas calles de El Cairo durante unos cinco minutos. Aquí prácticamente nunca llueve; desde que llegué hace tres meses no había caído ni una gota. Puedo asegurar que estas gotas fueron una verdadera bendición del cielo», escribe desde El Cairo Anselmo Fabiano, misionero de la Sociedad para las Misiones Africanas, al compartir episodios de la vida cotidiana. Según él, «son momentos que revelan la belleza de la misión, como las teselas de colores de un mosaico que juntas forman una obra maestra maravillosa».
«Son las personas humildes las que me enseñan la gratitud a Dios», prosigue. «En esos cinco minutos, vi a una anciana asomarse al balcón con las manos alzadas en señal de oración y agradecimiento. Un gesto sencillo de alguien que aún sabe maravillarse y alabar la bondad de Dios».
«La tesela roja es un gesto propio de los cristianos ortodoxos aquí en El Cairo. Cuando hacen la señal de la cruz, besan sus manos: primero la palma y luego el dorso. Es un signo profundo: gracias a Dios por lo que he recibido (palma) y por lo que no he recibido, o incluso lo que me ha dolido (dorso). Así aprenden a vivir una gratitud constante, que también reflejan en sus palabras cotidianas».
«La pieza amarilla es la alegría de los amigos de los martes, los pobres y ancianos acogidos por las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta. Poco a poco, con nuestro árabe tambaleante, organizamos pequeños juegos y actividades con ellos, compartiendo grandes sonrisas y carcajadas. Su alegría es contagiosa y auténtica, y cuanto más tiempo pasamos con ellos, más nos damos cuenta de lo que nos enriquecen con su presencia y sencillez».
«Luego está la tesela negra como el smog de El Cairo y como el color del tuktuk, el famoso taxi egipcio. Es uno de los medios de transporte más populares, económico y ágil en las estrechas calles, a menudo lleno de pasajeros. Sus conductores son auténticos equilibristas que se mueven entre baches y vehículos, acompañados del sonido constante de las bocinas».
«La tesela beige representa las grandes bandejas de pan que los jóvenes balancean sobre sus cabezas mientras montan en bicicleta. El pan, un alimento básico y asequible, llega a los mercados y hogares, a menudo desafiando las leyes de la física mientras lo transportan y lo depositan en las cestas que bajan desde los pisos altos».
«Por último, la tesela dorada simboliza los preciosos momentos compartidos con las personas que marcan mi camino misionero aquí en El Cairo. Testigos sencillos, personas comunes que, en fraternidad, me permiten saborear la belleza de estar entre ellos, compartiendo con ellos esta misión y parte del camino».
(AP) (Agencia Fides 11/11/2024)
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