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Por Fabio Beretta
Beirut (Agencia Fides) – El Líbano está de fiesta: los restos del Siervo de Dios, el cardenal Agagianian, figura destacada de la Iglesia del siglo XX, han vuelto a casa. Sus restos descansaban desde el año 971 en la iglesia de San Nicolás de Tolentino, adyacente al Pontificio Colegio Armenio, en el corazón de Roma, a pocos pasos del edificio del Dicasterio de Propaganda Fide que él dirigió de 1960 a 1970 como Prefecto.
En la ceremonia de bienvenida tras la llegada del vuelo, han estado presentes, además del Patriarca Minassian, el Primer Ministro libanés Najīb ʿAzmī Mīqātī y diversas personalidades religiosas, políticas y de la sociedad civil.
La reliquia, depositada en un cofre de cristal, ha sido trasladada en automóvil hasta el corazón de la capital, la plaza de los Mártires, donde se ha celebrado una ceremonia solemne.
Doce jóvenes, en representación de las diversas confesiones religiosas del país, han llevado el féretro al altar preparado para la ocasión. Miles de personas, junto con autoridades civiles y religiosas, han asistido a la ceremonia. Muchos han extendido la mano al paso de las reliquias, tratando de tocar la urna para recibir bendiciones.
Después de las oraciones iniciales, se ha proyectado un documental sobre la vida del Patriarca. La vida de Agagianian estubo marcada por eventos singulares y múltiples conexiones que vinculan a este hijo del pueblo armenio con la labor de lo que antes era la Congregación de Propaganda Fide, en el marco de la misión universal confiada por Cristo a su Iglesia (véase Fides 28/10/2022).
Nacido el 18 de septiembre de 1895 en Akhaltsikhe, Georgia, Ghazaros Lazarus Agagianian partió hacia Roma a la edad de 11 años para formarse como sacerdote. Fue elegido Patriarca de Cilicia de los Armenios a los 42 años. El Papa Pío XII lo creó cardenal en 1946, y Juan XXIII le confió el cargo de Pro-Prefecto y luego de Prefecto de la Congregación de Propaganda Fide, convirtiéndose en el primer Prefecto en visitar personalmente las misiones en África, Asia y Oceanía.
“Con valentía y asiduo espíritu de servicio - ha comentado el cardenal De Donatis -, Agagianian contribuyó a dar un nuevo rostro y una nueva expansión a la misión de la Iglesia, gracias también al papel que desempeñó durante el Concilio Vaticano II como Moderador y Presidente de la Comisión para las Misiones”.
“En estos días difíciles y ante los peligros que rodean a Líbano, hemos decidido traer aquí los restos del Siervo de Dios con un propósito elevado: mostrar al mundo nuestra cohesión, solidaridad y amor mutuo entre las confesiones religiosas y todos los partidos políticos. Por eso, los 12 jóvenes que han llevado la urna al altar representan a nuestro pueblo”, ha señalado el Patriarca de la Iglesia armenio-católica, Raphaël Bedros XXI Minassian.
“Pido a Dios y a su Siervo Agagianian que cuiden de cada uno de nosotros y nos guíen en estos tiempos difíciles que estamos atravesando. Tomemos la iniciativa de la reconciliación nacional y política para que nuestra patria, Líbano, recupere su belleza”, ha concluido Minassian
Al finalizar la ceremonia, que ha durado casi dos horas entre cantos, himnos y oraciones, el feretro del cardenal ha sido llevado en procesión a la catedral armenio-católica de los Santos Elías y Gregorio Iluminador, donde ha sido depositado en un nuevo sepulcro.
(Agencia Fides 13/9/2024)