Maputo (Agencia Fides) - En las últimas semanas, 67.321 personas se han visto desplazadas por los ataques armados en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique. Así lo ha comunicado Filimão Suaze, portavoz del gobierno de Maputo, añadiendo que los desplazados han huido a otras partes de la provincia de Cabo Delgado y en el distrito de Eráti, en la provincia de Nampula, y "se encuentran en centros de acogida o con familiares".
"En este momento estamos hablando de 67.321 desplazados, que corresponden a 14.217 familias", ha precisado. Sin embargo, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, casi 100.000 personas han quedado desplazadas entre principios de febrero y principios de marzo, después de que combatientes del Estado Islámico de Mozambique lanzaran una nueva ofensiva en la zona costera central y meridional de Cabo Delgado. Según el portavoz del gobierno, algunas personas que habían huido anteriormente han conseguido regresar a sus aldeas.
Sin embargo, el obispo de Pemba, António Juliasse Ferreira Sandramo, ha declarado a la agencia de noticias portuguesa Lusa que "todavía no se dan las condiciones de seguridad para que los desplazados de toda la región de Mazeze puedan volver a vivir como antes". Si los desplazados regresan, "es obvio que los misioneros, los religiosos, también volverán, porque están al servicio de la gente", ha subrayado el obispo.
La población huye a causa de la violencia cometida por los yihadistas de Ansar al Sunna, grupo denominado también Ahlu Sunna Wal Jammah) afiliado al Estado Islámico, conocido asimismo como Shabaab (aunque no parecen tener vínculos con sus homónimos somalíes).
A pesar de tener una fuerte connotación yihadista, según el obispo Sandramo, los "Shabaab" también atacan indiscriminadamente a los musulmanes. "La retórica de estos grupos coincide con la del Estado Islámico, al que dicen estar afiliados" y, por tanto, "no estamos tan preocupados cómo si combatieran contra los católicos", afirma el obispo, según el cual la pobreza y la exclusión social son los principales factores que llevan a los jóvenes a engrosar las filas de los yihadistas.
Ansar al-Sunna demuestra tener una capacidad militar cada vez más feroz y eficaz. El 2 de marzo, dirigieron un ataque con 500 hombres en el distrito de Quissanga contra una posición de la Unidad de Intervención Rápida (UIR) defendida por sólo 40 hombres. La unidad de élite del ejército mozambiqueño se vio obligada a huir. Los soldados de la UIR declararon que el grupo yihadista estaba formado por unos 500 hombres, además de mujeres y niños, en total unos 700 individuos. Las mujeres y los niños fueron utilizados como escudos humanos para impedir que los soldados dispararan contra los yihadistas. Estos últimos también estaban equipados con armas sofisticadas. (L.M.) (Agencia Fides 7/3/2024)