ASIA/BANGLADESH - La "revuelta de las tejedoras": las grandes marcas de la industria de la moda también deben poner de su parte

lunes, 13 noviembre 2023 derechos humanos   trabajo   mujeres  

Dhaka (Agencia Fides) - Hace diez años, en el 2014, el documental "The shirt on your back" del periódico inglés "The Guardian" reveló el impacto humano de la producción de una camiseta de algodón en Bangladesh, explorando la cadena de suministro de la llamada "fast fashion industry". Este sector, caracterizado por un consumo desenfrenado, ha experimentado un crecimiento vertiginoso en los países occidentales en los últimos años.
El documental denunció las condiciones inhumanas de los trabajadores, principalmente mujeres, eslabones finales de la cadena de producción de las gigantes de la industria textil global. Este foco aumentó tras la tragedia del Rana Plaza en 2013, donde un edificio colapsó, cobrándose la vida de 1.138 trabajadores.
La tragedia atrajo la atención mediática internacional, con llamamientos a un acuerdo que garantizase los derechos fundamentales de los trabajadores. Sin embargo, hace apenas unos meses, en el décimo aniversario del incidente, miles de trabajadores bangladesíes han salido a las calles exigiendo justicia, destacando la impunidad de los responsables. Los familiares de las víctimas han expresado su frustración: "Han pasado diez años y, sin embargo, los propietarios de la fábrica de ropa y el dueño del edificio no han sido castigados por el asesinato de 1,138 trabajadores". También han recordado el atroz caso de Sohel Rana, propietario de Rana Plaza, quien obligó a los trabajadores a laborar a pesar de las grietas en el edificio. Aunque Rana, uno de los 38 acusados de asesinato, sigue bajo proceso judicial, no se han presentado cargos contra los grandes gigantes de la industria textil, considerados los "principales" perpetradores de la explotación laboral mediante mano de obra barata y sin las mínimas garantías de seguridad.
Después de la catástrofe, se establecieron dos organismos de supervisión con el objetivo de mejorar las normas laborales. Además, se llevaron a cabo revisiones salariales para los cuatro millones de trabajadores del país, en su mayoría mujeres, que se desempeñan en el sector textil de Bangladesh. Este sector es una de las principales fortalezas de la industria nacional, representando aproximadamente el 85% de las exportaciones del país.
Pero recientemente, la precariedad en el sector textil ha llevado a millones de trabajadores a huelgas y protestas exigiendo salarios dignos. A pesar de la oposición de empleadores y gobierno, la manifestación, llamada "la revuelta de las tejedoras", destaca la necesidad de aumentar el salario mínimo de 8,000 taka (alrededor de 73 dólares estadounidenses desde 2018) a 23,000 taka (aproximadamente 209 dólares estadounidenses).
Según los trabajadores, el aumento se impone para hacer frente a la inflación en el país asiático. El gobierno anunció la semana pasada que aumentaría este salario a 12.500 takas (unos 112 dólares), pero los trabajadores han rechazado la medida y han decidido continuar con la protesta.
Faruque Hasan, presidente de la Bangladesh Garment Manufacturers and Exporters Association, la asociación de propietarios de empresas, destaca que "muchas fábricas cerrarían y los trabajadores perderían su empleo si se atendieran las reivindicaciones de los trabajadores", ya que los costes laborales se harían insostenibles. Por su parte, los líderes sindicales, que insisten en que la industria no deje de crecer, señalan que los propietarios utilizan los beneficios para ampliar sus operaciones, abriendo más fábricas, y no para mejorar las condiciones de sus empleados, como ha señalado Joly Talukder, secretario general del Garment Workers Union Centre de Bangladesh.
Los líderes sindicales señalan que los propietarios reinvierten en expansión, no en mejorar las condiciones laborales. Aunque algunos economistas sugieren un compromiso para evitar cierres de fábricas, insisten en que las marcas de moda también deben asumir responsabilidad. Aumentar los salarios podría ser viable si las multinacionales incrementan los precios en un 6 o 7%, según Khondaker Golam Moazzem, director del del think-tank indipendente "Center for Policy Dialogue" (CPD).
La nación del subcontinente indio cuenta con más de 3.500 fábricas de confección que aportan el 85% de los 55.000 millones de dólares anuales de exportación del país y dan empleo a más de 4 millones de trabajadores y trabajadoras.
(PA) (Agencia Fides 13/11/2023)


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