Imphal (Agencia Fides) - Se han registrado nuevos episodios de violencia en el estado indio de Manipur, escenario de un conflicto étnico que en los últimos meses ha exacerbado la región del noreste de la India (véase Fides 9/5/2023 y 9/6/2023). Según la información de la Agencia Fides, el 8 de septiembre en Pallel, un pueblo del distrito de Tengnoupal, los enfrentamientos entre las etnias Kuki y Meitei han provocado dos muertos y unos 40 heridos. Las comunidades enfrentadas de Manipur se culpan mutuamente del ataque. La policía desplegada en la zona ha utilizado gases lacrimógenos para dispersar a la multitud y poner fin a los enfrentamientos. Según fuentes locales, unos hombres armados intentaron prender fuego al pueblo y cometer actos vandálicos, y estas informaciones generaron la reacción de las comunidades meitei, que se reunieron y marcharon hacia el lugar del conflicto, intentando romper las barreras de seguridad. El día anterior se había impuesto un toque de queda en los cinco distritos del valle de Manipur como medida preventiva.
Desde marzo, cuando una sentencia del Tribunal Superior de Manipur ordenó incluir a la comunidad meitei, de mayoría hindú, en la lista de "tribus reconocidas", la situación del Estado de derecho en Manipur no ha dejado de deteriorarse. Las comunidades kuki y naga, en su mayoría cristianas, han iniciado feroces protestas contra la decisión del Tribunal Superior, y a principios de mayo se desató en el estado una ola de violencia que aún continúa. Como consecuencia de los enfrentamientos, 70.000 personas se encuentran ahora desplazadas internamente y más de 200 han muerto a causa de las protestas, que pronto se han convertido en hostilidad y violencia entre grupos étnicos, con la destrucción de más de 3.700 propiedades, entre casas, templos e iglesias. Aunque el conflicto de Manipur se inició sobre una base étnica, el elemento religioso -dadas las diferentes confesiones de los grupos en conflicto- muy pronto ha sido utilizado para exacerbar los ánimos (basta con ver el elemento de las más de 200 iglesias capillas destruidas o dañadas, como ha informado Dominic Lumon, arzobispo católico de Imphal), exacerbando la polarización entre las comunidades (véase Fides 6/7/2023).
Expertos de la ONU han expresado su preocupación por la "lenta e inadecuada respuesta" del gobierno indio a la violencia desatada en Manipur. En una declaración del 4 de septiembre, un grupo de 19 expertos de la ONU señaló que el "discurso incendiario y de odio", difundido localmente y presente en Internet, ha contribuido a la violencia, en particular contra las mujeres pertenecientes a la comunidad kuki, sobre la base de su "etnia y creencias religiosas". El grupo pide al gobierno indio que aumente los esfuerzos de socorro, investigue la violencia de forma rápida y exhaustiva, y haga rendir cuentas a los responsables, incluidos los funcionarios públicos que puedan ser cómplices en la incitación al odio y la violencia étnica y religiosa.
La crisis humanitaria de Manipur ha sido calificada de "monumental" por un grupo local de vigilancia de los derechos humanos conocido como "Karwan-e-Mohabbat" ("Caravana del amor"). En las entrevistas recogidas por "Karwan-e-Mohabbat", las víctimas relatan la dramática experiencia de tener que huir de sus hogares a causa de la violencia. La situación se ha agravado por la presunta complicidad de las fuerzas de seguridad durante la violencia, ya que se saquearon cajas de armas de la armería estatal, lo que ha alimentado la proliferación de armas de fuego entre los grupos en conflicto.
El primer ministro indio, Narendra Modi, hizo la primera declaración pública sobre la violencia el 20 de julio -más de dos meses después de que estallaran los enfrentamientos-, cuando circularon por Internet desgarradoras imágenes de vídeo de dos mujeres kuki humilladas y torturadas en público. En respuesta al informe de los expertos de la ONU, el gobierno indio calificó el documento de "injustificado y engañoso", desestimando las acusaciones.
Christian Solidarity Worldwide, una ONG que sigue de cerca la situación sobre el terreno, "comparte la preocupación expresada por los 19 expertos de la ONU y pide al gobierno indio que ponga fin a la violencia en el estado y garantice que los responsables sean llevados ante la justicia".
Grupos de la sociedad civil india como "Karwan-e-Mohabbat" piden al gobierno que tome medidas inmediatas para poner fin a la violencia en curso y reafirme su firme compromiso con la paz y la seguridad. También ponen de relieve la difícil situación de los supervivientes de la violencia, y piden que se les proporcionen servicios médicos, asistencia material y psicológica y la creación de un fondo especial para indemnizarles íntegramente. Las ONG piden que las instituciones apoyen a las organizaciones que buscan vías de diálogo entre las partes en conflicto para encontrar atisbos de paz.
Entre los organismos comprometidos, el North East India Regional Bishops' Council, el Consejo de Obispos Católicos de la región, se ha dedicado a estudiar y aplicar la encíclica del Papa Francisco "Hermanos todos" para buscar vías concretas de reconciliación y promover la fraternidad. En una reciente conferencia pastoral celebrada en Guwahati (estado de Assam) del 8 al 10 de septiembre, a la que asistieron unos 180 delegados de las 15 diócesis del noreste de la India, se expresó una profunda solidaridad con el pueblo de Manipur, asolado por cuatro meses de violencia interétnica.
"Vivimos en una época de creciente odio, tensiones comunitarias, asesinatos, polarización y vandalismo en nuestra región. La encíclica del Papa Francisco 'Hermanos todos' puede servirnos de manual para restablecer la paz, la fraternidad y la amistad social entre las personas", ha declarado John Moolachira, arzobispo de Guwahati. "En un clima de odio y división, ese texto nos invita a considerar a otras personas como nuestros hermanos y hermanas y a concederles amor, respeto y aceptación, en lugar de mirarlas como meros números o, peor aún, como enemigos", ha añadido.
"En el contexto multicultural, multilingüe y multirreligioso del noreste de la India, y a la luz de la violencia étnica y religiosa que se vive en Manipur, Hermanos Todos es una invitación a esforzarse por construir una fraternidad que haga a todos parte de una gran familia humana", ha confirmado Thomas Pullopillil, obispo de Bongaigaon.
El noreste de la India constituye hoy una de las regiones con mayor concentración de ciudadanos de fe cristiana de la India: de los aproximadamente 27,8 millones de cristianos de toda la nación, 7,8 millones se encuentran en la región noreste. "Ser un grupo considerable en la región significa que los cristianos deben asumir toda la responsabilidad en la promoción de la fraternidad con personas de diferentes credos, lenguas, culturas y etnias", ha declarado la asamblea. Para ello, la asamblea ha escuchado y estudiado el texto del sacerdote salesiano P. Barnabas Mawrie, que ha presentado una ponencia sobre "Comprender a los hermanos todos desde una perspectiva tribal".
(PA) (Agencia Fides 11/09/2023)