Bogotá (Agencia Fides) - "Cada hecho violento en nuestros territorios exige un mayor compromiso de nuestra parte. No podemos seguir aplazando la meta de una Colombia reconciliada y en paz", ha dicho Omar Alberto Sánchez Cubillos, Arzobispo de Popayán y Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a propósito del atentado contra un vehículo en el que viajaban dos agentes pastorales.
Según los obispos del país, el grave suceso se produjo en la madrugada del domingo 2 de julio en el casco urbano del municipio de Caldono (Cauca). El vehículo, en el que viajaban el diácono Fredy Muñoz, que será ordenado sacerdote el próximo mes, y el laico Eider Bototo, ambos de la parroquia de San Lorenzo de Caldono, fue atacado por un grupo armado cuando regresaban de un oficio religioso en la parroquia del pueblo de La Esmeralda.
El Arzobispo de Popayán ha calificado las heridas sufridas por las víctimas del atentado, que afortunadamente no revisten gravedad, como un reflejo de las de toda la sociedad civil del Cauca, “donde sus habitantes son víctimas permanentes de esta violencia armada, que se aparta de todo principio de racionalidad y de respeto al Derecho Internacional Humanitario”.
Según el prelado, este ataque explica el deterioro del conflicto en ese territorio. A pesar del trágico contexto, Mons. Sánchez reitera el compromiso inquebrantable de la Iglesia católica colombiana en la búsqueda de la reconciliación y la paz.
Las denuncias contra este enésimo episodio de violencia han llegado también del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) y de la Asociación de Autoridades Indígenas de la región.
La delegación de la ONU en Colombia ha expresado por su parte, una profunda solidaridad con la Iglesia Católica, reconocida como una institución global clave en la construcción de la paz y la reconciliación en los territorios del mundo en los que trabaja.
(AP) (Agencia Fides 3/7/2023)