ASIA/CAMBOYA - La comunidad católica recuerda y honra a los que han dado su vida por la fe en Cristo

jueves, 22 junio 2023 mártires  

Taing Kok (Agencia Fides) - Al menos una vez al año la pequeña comunidad católica camboyana necesita hacer una pausa, para honrar y recordar a aquellos que han dado su vida por la fe en Cristo y son "las semillas y los padres" de los fieles camboyanos de hoy: con este espíritu más de 3.000 católicos, acompañados por obispos, sacerdotes y religiosos del Vicariato Apostólico de Phnom-Penh, de la Prefectura Apostólica de Battambang y de la Prefectura Apostólica de Kompong-Cham, han participado en la celebración conmemorativa en honor de las víctimas de la guerra civil que sacrificaron su vida por la fe, celebrada hace unos días en Taing Kok, provincia de Kampong Thom, en el centro de Camboya.
"Cada año la Iglesia está llamada a celebrar este aniversario", ha destacado el obispo Olivier Schmitthaeusler, vicario apostólico de Phnom Penh, en la celebración eucarística que ha tenido lugar en el mismo lugar donde el obispo Joseph Chhmar Salas celebró la Eucaristía hasta su muerte en 1976. Para el obispo Salas y 34 compañeros, la Iglesia camboyana inició oficialmente en 2015 la fase diocesana del proceso de beatificación. Fueron asesinados o dejados morir entre 1970 y 1977 durante la persecución sufrida por la Iglesia bajo el régimen de Pol Pot y los Jemeres Rojos. Los 35 eran oriundos de Camboya, Vietnam y Francia, y eran sacerdotes, laicos, catequistas y misioneros, entre ellos algunos miembros de la congregación de las Misiones Extranjeras de París (MEP). El padre Paul Roeung Chatsirey, postulador de la causa de beatificación y actual director de las Obras Misionales Pontificias en Laos y Camboya, ha recordado que el tribunal constituido a nivel diocesano, gracias a varios colaboradores, está preparando el proceso, recogiendo testimonios y pruebas, y recopilando los documentos que se presentarán a la Santa Sede.
El obispo Schmitthaeusler ha recordado dos objetos sagrados: la cama y un collar con la cruz - regalado a Joseph Chhmar Salas durante su ordenación episcopal el 14 de abril de 1975, tres días antes del comienzo del régimen de los Jemeres Rojos - que ha pasado a sus sucesores a lo largo de los años y que aún lleva hoy. Tras su muerte, su madre la conservó y se la dio al obispo Emile Destombes, también fallecido, y hoy la lleva el obispo Schmitthaeusler. Dirigiéndose a la asamblea, el Vicario Apostólico ha invitado a los fieles a recordar las palabras de Cristo: "El que quiera servirme, que me siga; y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará" (Jn 12,26). La vida terrena, ha añadido, es "un tiempo para alabar a Dios en la tierra" y "el testimonio de los mártires nos guía en el camino".
En la celebración dedicada a quienes la Iglesia local espera que pronto sean reconocidos oficialmente como "mártires camboyanos", los fieles presentes han sentido una intensa emoción. Huot Heang, una mujer de 69 años de la provincia de Kampong Cham, ha declarado que "la celebración del aniversario nos recuerda a cada uno de nosotros la llamada de Dios a ser mártires, con la certeza de que Dios está con nosotros y siempre nos bendice".
Mons. Olivier Schmitthaeusler recuerda que al principio de su experiencia misionera, cuando comenzó su servicio pastoral en Camboya como sacerdote del MEP, sólo había un católico en el Vicariato, mientras que todos los sacerdotes, religiosas y misioneros habían sido asesinados o habían tenido que huir. "Hoy la situación es muy diferente, la Iglesia ha renacido, hay unos 23.000 fieles y varias comunidades son muy jóvenes, formadas en su mayoría por personas que han abrazado recientemente la fe cristiana. El Señor nos acompaña y siempre miramos hacia delante con esperanza".
(PA) (Agencia Fides 22/6/2023)


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