Abuja (Agencia Fides) - Mientras el padre Kingsley Maduka, párroco de la parroquia católica de Cristo Rey, Ezinnachi-Ugwaku, Okigwe L.G.A., en el Estado de Imo, en el sudeste de Nigeria, secuestrado el 19 de mayo ( véase Fides 22/5/2023), ha sido liberado el 22 de mayo, la "máquina del secuestro" en Nigeria sigue funcionando sin cesar, sin perdonar ni a los jóvenes que participan en el programa nacional de voluntariado ni a los pastores de las "nuevas iglesias".
En la noche del 23 de mayo, el popular telepredicador Mike Ochigbo, supervisor general de la capilla Freedom Power, fue sacado por la fuerza de su residencia en Yola, capital del estado de Adamawa, en el noreste de Nigeria.
Asimismo, otro pastor pentecostal, John Moses, fue secuestrado la misma noche, hacia las 2 de la madrugada, por hombres armados que irrumpieron en su residencia.
Según la prensa local, estos dos secuestros no son más que los últimos episodios de una serie de secuestros con fines de extorsión en la zona, situada no lejos de un cuartel militar que alberga la 23ª Brigada Acorazada.
El azote de los secuestros no perdona ni siquiera a los jóvenes que pertenecen al Cuerpo Nacional de Servicio Juvenil (NYSC, una especie de servicio voluntario paramilitar). En el sur del país, siete miembros del NYSC que habían sido secuestrados hace una semana tras asistir a un campamento de orientación del NYSC en el estado de Ondo fueron liberados.
Según ActionAid Nigeria, la industria del secuestro está en expansión y en los últimos cinco años se han pagado más de cinco mil millones de nairas (más de 10 millones de euros) como rescate.
(L.M.) (Agencia Fides 25/5/2023)