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Foya (Agencia Fides) - "Desde que volví a Foya este año he podido conocer personalmente a casi todos los niños, hasta 102, que han podido frecuentar la escuela gracias al apoyo de muchos amigos y benefactores", escribe el padre Lorenzo Snider, sacerdote de la Sociedad para las Misiones Africanas. El misionero se encuentra en Foya, en un rincón remoto de Liberia, donde la educación es muy diferente a la de las zonas urbanas. “Me he reunido con ellos - prosigue el padre Snider - para animarles, crear vínculos y establecer alianzas educativas con las familias y... no menos importante, para dejarme herir por las historias de sufrimiento, pero también de valentía, esperanza y tenacidad”.
Entre los testimonios, el misionero recuerda el de Fayiah, un hombre al que habían tenido que amputar una pierna. "La amputación de su pierna le salvó la vida. Hace un mes, mientras estaba intentando podar las palmeras de aceite de la misión, se me acercó y, con sencillez y una gran sonrisa, me dijo que él conocía bien ese trabajo. Cuando tenía dos piernas se subía a las palmeras para podarlas, pero ahora también era capaz de ocuparse de palmeras pequeñas como las nuestras”.
“De discapacitado a trabajador agrícola - dice el padre Lorenzo con orgullo -. En un par de semanas sus fuertes manos han vuelto a ser duras como el cuero y ya casi ha terminado de podar las diez hectáreas de palmeras que tenemos aquí. Tiene que cuidar de su familia y durante esta temporada eso significa proporcionar alimentos, a su anciana madre en Foya y a su mujer e hijos en Konda Pombo”.
El sacerdote cuenta también que, tras dos meses de apagón, ha vuelto la luz al Centro de Salud de Foya, atendido por los padres de la SMA. “En cuanto llegué, llevé a Foya las 16 baterías nuevas y el inverter. El técnico, que debía llegar unos días después para instalarlo todo, tardó seis semanas en aventurarse en moto-taxi hasta la pista de nuestro condado, en Lofa. La paciencia es una condición de supervivencia aquí.... Hemos terminado el tejado de las nuevas aulas de la escuela de Vahun. Un joven de Foya ha desafiado las colinas de Vahun y, después de tres días (recorriendo 80 km) y dos averías de su camioneta, ha conseguido traernos las chapas y los clavos para el tejado de la escuela".
El padre Snider concluye diciendo que, a partir de la semana que viene, los niños entrarán en las nuevas aulas "aún sin enlucir, pero no importa. Las paredes, el techo, la puerta y los pupitres están ahí, la providencia se encargará del resto".
(LS) (Agencia Fides 15/4/2023)
