Addis Abeba (Agencia Fides) - El gobierno aún no ha comentado la detención de Fikremariam Hagos, ordenado primer obispo de Segheneity en el sur de Eritrea en 2012. La Iglesia Católica ha preguntado a las autoridades gubernamentales competentes dónde está Hagos. Al parecer, la detención se produjo a manos de agentes de seguridad eritreos en el aeropuerto internacional de Asmara. El obispo viajaba desde Europa. Actualmente está recluido en la prisión de Adi Abeto junto con otros dos sacerdotes, el padre Mihretab Stefanos, párroco de la iglesia de San Miguel en Segheneity, y el abad Abraham de los Capuchinos, que también fueron detenidos la semana pasada.
Además, fue ayer, 17 de octubre de 2022, cuando fuentes diplomáticas informaron de la toma de Shire, uno de los principales centros urbanos de la región separatista de Tigray.
No ha servido de nada la propuesta de la Unión Africana de entablar conversaciones de paz en Tigray, que se han retrasado indefinidamente, (véase Agencia Fides 11/10/2022).
La opinión generalizada es que un acuerdo pacífico entre el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) y el primer ministro etíope, Abiy Ahmed Ali, es una amenaza para Isaías, un comandante eritreo rebelde que condujo a su nación a la independencia de Etiopía a principios de la década de 1990 y que desde entonces preside un estado unipartidista. Además de derrotar por fin al TPLF, una conquista militar ayudaría a consolidar su poder en la región, abriría el comercio con Etiopía y reforzaría aún más sus ya estrechos lazos con Abiy. Según fuentes diplomáticas, el país está intensificando su participación en la guerra civil de la vecina Etiopía, obstaculizando los esfuerzos para poner fin a los combates que han desestabilizado todo el Cuerno de África desde hace casi dos años.
El TPLF acusa a Eritrea de perpetrar ataques en Tigray desde que estallaron los combates en agosto, cinco meses después de la declaración de una tregua (véase Agencia Fides 24/8/2022). La semana pasada, los gobiernos de Australia, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Reino Unido y Estados Unidos condenaron “la creciente participación de las fuerzas militares eritreas en el norte de Etiopía”.
Eritrea sigue bombardeando ciudades y pueblos del norte de Tigray y miles de nuevos reclutas, entre ellos mujeres y ancianos, han sido desplegados en el frente.
La hostilidad entre Eritrea y el TPLF, que efectivamente gobernó Etiopía desde 1991 hasta 2018, cuando fue marginado por Abiy, se remonta a décadas atrás. Aunque Isaías y los tigrinos lucharon en su día codo con codo para derrocar al régimen comunista del Derg en Etiopía, las relaciones se agriaron después de que Eritrea obtuviera la independencia en 1993 y tratara de afirmar su soberanía.
Las dos naciones libraron entonces una guerra fronteriza de 1998 a 2000 que se cobró decenas de miles de vidas. Ese conflicto no terminó oficialmente hasta 2018, cuando Abiy asumió el cargo de primer ministro y firmó un acuerdo de paz con Isaías, una distensión que le valió al líder etíope el Premio Nobel. En los últimos meses, Eritrea ha cerrado todas las escuelas internacionales y también la frontera con Sudán, una medida destinada a impedir que los opositores de Isaías se infiltren en el país. El presidente también ha ordenado que todas las personas previamente exentas del servicio militar se sometan a nuevas pruebas médicas.
(AP) (18/10/2022 Agencia Fides)