Lviv (Agencia Fides) – “De la marcha por la paz celebrada en Lviv surge un signo elocuente y sugestivo: en primer lugar, ha sido propuesta por asociaciones católicas y laicas que, aunque provienen de caminos diferentes, se han unido; esto es ya un primer resultado importante que ha puesto de manifiesto que frente a las personas que sufren y mueren, no bastan las palabras o los discursos, sino que se necesitan gestos concretos.
Se toca la carne de los que sufren y este gesto concreto es seguido con gran atención por quienes demuestran que están cansados de la guerra”. Así lo ha comentado a la Agencia Fides monseñor Giuseppe Satriano, arzobispo de Bari, presente en la marcha por la paz “Stop The War”, promovida por la Asociación Papa Juan XXIII pero a la que se han unido más de 150 organizaciones de la sociedad civil italiana, tanto católicas como laicas.
La caravana de más de 60 vehículos, con más de 220 personas, llegó al centro de Lviv, a 80 kilómetros de la frontera polaca, el sábado 2 de abril para entregar varios quintales de medicamentos y alimentos. Desde allí los minibuses, una vez entregados los dones, pusieron a disposición todas sus plazas para las personas que han decidido abandonar el país en guerra y buscar asilo en Europa.
El arzobispo Satriano decidió participar en la iniciativa de paz, compartiendo la fatiga pero también el placer de hacer un viaje junto con otros para dar testimonio del deseo de construir la paz. “Más allá de las críticas, a menudo empañadas por la especulación ideológica, es importante señalar que -frente a una política que se ha mostrado pequeña, obtusa y miope cuando no sumisa a los intereses mercantiles- el gesto de estas personas lanza un grito: a saber, que a través de este caleidoscopio de diversidad y belleza se puede tejer la fraternidad”.
“La fraternidad – continúa el arzobispo de Bari - puede ser el futuro de la historia que estamos viviendo. Es un tema, el de la fraternidad, que permite reunir a personas con historias y sensibilidades diferentes, también porque el Papa Francisco, con 'Fratelli tutti' (Hermanos todos), ha distanciado este término de un interés puramente cultural y elitista, así como de una interpretación puramente religiosa. Por ello –continua el prelado - el Pontífice ha subrayado un concepto muy simple y muy fuerte, es decir, que todos somos hermanos y, por tanto, todos estamos interconectados”. “La palabra fraternidad siempre ha formado parte del mundo de la Iglesia, al igual que forma parte de la herencia de la Revolución Francesa, pero ahora veo que este variado pueblo de la paz se ha reunido en torno a esta palabra para actuar, para devolver la dignidad a los demás. Construir realmente la paz - concluye Monseñor Satriano - y no sólo hablar de ella”.
(EG-PA) (Agencia Fides 4/4/2022)