Caracas (Agencia Fides) - “Sería hermoso que todos los oficios se convirtieran en una moda, que se convirtiera en una 'tendencia' hacer tal o cual trabajo”. Habla con la Agencia Fides Alejandro Marius, fundador de “Trabajo y persona”, una asociación civil sin fines de lucro fundada en Caracas, con la misión de promover el valor del trabajo en la sociedad venezolana. La ONG promueve la dignidad de la persona a través de cursos de formación diseñados y ejecutados en colaboración con instituciones, empresas, obras de la Iglesia, escuelas y universidades locales.
Uruguayo de nacimiento, venezolano de adopción con orígenes italianos, Alejandro Marius, de cincuenta años, casado y con cuatro hijas, ingeniero, con un cargo directivo en una multinacional latinoamericana, lo dejó todo para fundar “Trabajo y persona” en 2009. “Trabajo y persona nace de mi camino vocacional en sentido profesional con una experiencia de discernimiento”, explica, “particularmente en mi diálogo espiritual con una monja benedictina, comprendí mi pasión por el trabajo en su profundidad, entendí que todo esto tenía que traducirse en algo concreto, algo que pudiera ayudar a los venezolanos a tener una relación positiva con el trabajo”.
Este es el punto de partida de la historia de esta realidad en la que ahora trabajan treinta personas, colaboran más de veinte centros de formación en todo el país, con más de un centenar de formadores. El 40% de los tres mil jóvenes y mujeres desempleados que han asistido a sus cursos han creado su propia empresa. Un garaje de la parroquia se ha transformado en una chocolatería que da empleo a mujeres vulnerables que se han convertido en empresarias del chocolate. Ante el importantísimo fenómeno migratorio que vive Venezuela en estos momentos, se han puesto en marcha cursos de formación de cuidadores en colaboración con la Universidad y la Congregación de las Hijas de María Auxiliadora para atender a los ancianos que se han quedado solos y que reciben dinero para vivir de los emigrantes.
La idea básica es “no asistir sino formar”, acompañando a las personas para que consigan un servicio que les garantice una vida digna. “La emergencia que vivimos ahora en nuestro país hace que la mayoría de las respuestas sean asistenciales y necesarias”, explica Alejandro Marius, “intentamos ofrecer una propuesta que sea de ayuda y desarrollo. Por ejemplo, en 2019 produjimos un CD-libro de canciones venezolanas unidas por un hilo conductor: el trabajo. Todo esto se ha hecho en colaboración con más de 30 músicos venezolanos y socios del más alto nivel”.
Entre las especialidades que ofrece la asociación está la de peluquería, que se imparte a mujeres de barrios pobres que luego prestan servicio a domicilio o crean su propio salón en casa; hay programas para formar a emprendedores en mobiliario, mecánica, cocina. Además, las madres desempleadas se forman como emprendedoras en el sector gastronómico: se convierten en voluntarias en el comedor de Cáritas, a la vez que se mantienen a sí mismas y a sus hijos, hasta que la gastronomía se convierte en un trabajo y puede proporcionarles un sustento. “Nuestra forma de actuar parte de poner a la persona en el centro - concluye el fundador de Trabajo y persona -. La consecuencia de esto es que la persona desarrolla todo su ser, habilidades, aptitudes, carácter, en su relación con el trabajo: así la persona madura en el cuidado de la Casa Común y contribuye a la construcción del bien común”.
(EG) (Agencia Fides 16/12/2021)