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Kampala (Agencia Fides) – En los campos de refugiados del complejo de Kyangwali al Norte de Uganda, faltan completamente infraestructuras y medidas para combatir el SIDA. Los seropositivos y las personas tan solo sospechosas de tener SIDA son marginadas y abandonadas a si mismas sin que nadie las atienda. La denuncia la ha hecho la Oficina del Jesuit Refugees Service de Kampala que señala “como los albergados en los campos no son ni siquiera sometidos al test: son directamente marginados por el miedo y la ignorancia” dice el jesuita P. Juliet Nandawula del JRS en Uganda.
El JRS ha contactado con la sede local del Alto Comisionado ONU para los Refugiados para señalar la situación. El ACNUR ha respondido que casi todos los campos tiene programas dedicados al SIDA. “No obstante la disponibilidad de servicios y programas la respuesta es todavía muy deficiente” dice el JRS. Se señala además que aún estando activos algunos programas de prevención y tratamiento del SIDA en Kampala, los refugiados son reacios a acceder a los mismos sea por miedo de ser etiquetados y por tanto aislados de los otros, sea a causa de las barreras lingüísticas”.
Según informaciones del JRS cerca de un millón de personas están por orden del gobierno, confinados en poblados protegidos. Los Jesuitas afirman: “Nosotros rezamos por los muertos compartimos el luto de los familiares de los difuntos y hacemos todo lo que está en nuestras manos para hacer sentir nuestra voz con y por la pobre población del Norte de Uganda”. (Agencia Fides 8/5/2003 Líneas: 22 Palabras: 261)
