Lahore (Agencia Fides) - Con la llegada del invierno, la situación en los campos de refugiados preparados en Cachemira después del terremoto del 8 de octubre se ha agravado. En las áreas golpeadas por el terremoto se han producido las primeras muertes debidas al frío. Ya que las temperaturas continúan descendiendo bajo cero, especialmente a las altitudes más elevadas, según los expertos y voluntarios de las organizaciones humanitarias es probable que haya más víctimas.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha llevado más de 80.000 mantas y decenas de millares de plásticos en las aldeas más aisladas a elevadas altitudes. Las malas condiciones meteorológicas están obstaculizando la distribución de las ayudas. Algunas carreteras en los valles de Neelum y Allai están bloqueadas por nieve y derrumbes. Los convoyes recorren carreteras resbaladizas que podrían verse afectadas por otros desprendimientos de barro.
A altitudes más bajas, el ACNUR se está preparando para asistir a otras personas que se han visto obligadas a abandonar sus casas en los valles más altos a causa de la exacerbación de las temperaturas. En los últimos dos días, el ejército ha referido que cada día cien familias abandonan el valle de Kaghan. Unas 700 personas están esperando ser trasladadas de Banna, en el valle de Allai, a los campos en las regiones de Meira y Batagram. Las personas que han llegado recientemente a los campos se han presentado en malas condiciones, muchas de ellas están ya debilitadas por enfermedades pulmonares. Los campos son equipados para el invierno por medio del suministro de plásticos por tienda y tres mantas por persona.
La necesidad de servicios hídricos e higiénico-sanitarios se hará aún más urgente cuando comiencen a bajar más personas al valle para vivir en los campos, tanto en aquellos que están equipados que en los asentamientos espontáneos. (Agencia Fides 30/11/2005 Líneas: 24 Palabras: 316)