Kinshasa (Agencia Fides) - En la reunión del Grupo Internacional de Contacto sobre los Grandes Lagos, que se celebró el 15 de mayo en Washington, con la participación de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Bélgica, así como los Países Bajos, Suecia, Dinamarca y los representantes de la ONU, Unión Europea, Unión Africana y la Organización Internacional de la Francofonía, para tratar sobre la crisis en la República Democrática del Congo y Burundi, no fueron invitados los representantes de ambos estados y el único país africano admitido fue Angola.
Ante la falta de ejecución de los acuerdos de San Silvestre y la división de la oposición, el presidente Joseph Kabila corre el riesgo real de que se intervenga desde fuera en la crisis congoleña. “Sólo las dos potencias regionales, Ruanda y Angola pueden tocar la campana del final del recreo para la RDC”, ha comentado el periodista camerunés Louis Keumayou.
La reunión en Washington, que contó con la participación del Gobierno de Luanda, podría haber sido un paso adelante en esta dirección.
Ante la política de estancamiento, la situación de seguridad en la RDC tiende a empeorar. Actualmente no son sólo las áreas periféricas las que están amenazados por la presencia de bandas armadas; también la capital, Kinshasa, ha sido escenario de un ataque contra la prisión central de Makala este 17 de mayo, causando la fuga de 4.000 prisioneros. Entre ellos se encuentra Ne Muanda Nsemi, líder de la secta Bundu dia Kongo. Las autoridades acusan a Bundu dia Kongo de ser responsable del ataque a la prisión, pero los líderes de la secta han afirmado que no tienen nada que ver con lo sucedido. (L.M.) (Agencia Fides 19/5/2017)