Dar es Salaam (Agencia Fides) - “Les invito a realizar una oración intensa en todo el país. De esta manera Dios, que protegió a los israelitas en su deambular durante 40 años hasta la tierra prometida, se hará cargo de nosotros con misericordia y bondad”, escribe Su Exc. Mons. Tarcisio Ngalalekumtwa, obispo de Iringa y Presidente de la Conferencia Episcopal de Tanzania, en una carta pastoral en la que expresa la preocupación de los obispos por la grave sequía que afecta al país.
“Es la estación de las lluvias y de la siembra en gran parte del país, pero vemos una atmósfera que es diferente a la que estamos acostumbrados, porque no hay lluvias para permitir que la producción agrícola continúe”, dice en la carta enviada a la Agencia Fides.
También otras confesiones religiosas, como los luteranos y los musulmanes, han lanzado alarmas similares acerca de las consecuencias de la sequía. Una preocupación que, sin embargo, no comparte el gobierno.
El Presidente John Magufuli argumenta que un empresario local está agitando el alarmismo sobre una posible hambruna para forzar al gobierno a aumentar los impuestos sobre las 25.000 toneladas de maíz importadas del extranjero. “No voy a permitir la importación de maíz sin que se paguen las tasas debidas”, ha dicho el presidente, quien ha quietado importancia a la noticia de la muerte de hambre y sed de miles de cabezas de ganado. El gobierno también ha reiterado que Tanzania tiene reservas de alimentos suficientes para satisfacer un posible déficit en la producción agrícola. (L.M.) (Agencia Fides 26/1/2017)