Jartum (Agencia Fides) – Mientras la crisis humanitaria en Sudán continúa agravándose, los traficantes de armas prosperan abasteciendo a las partes enfrentadas.
Un informe publicado el 20 de octubre por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (Global Initiative Against Transnational Organized Crime) muestra cómo el conflicto iniciado en abril de 2023 entre el ejército sudanés (Fuerzas Armadas de Sudán, SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) se alimenta de dos circuitos paralelos de suministro de armas: uno oficial, destinado principalmente a las SAF, con transferencias respaldadas por algunos Estados a través de aviones y convoyes militares; y otro clandestino, sostenido por flujos informales gestionados por contrabandistas, intermediarios familiares y redes criminales que han reactivado antiguas rutas de contrabando a través de Darfur, el este de Chad y el sur de Libia.
El último informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), correspondiente al mes de septiembre, confirma el empeoramiento de la situación humanitaria en las zonas de combate en Sudán.
Los frentes más críticos siguen siendo Darfur y Kordofán, donde los enfrentamientos entre el ejército sudanés y las milicias de las RSF han dejado a la población local sin acceso a servicios esenciales como asistencia sanitaria, alimentos y agua potable.
En el norte de Darfur, la ciudad de El Fasher, sitiada por las tropas de las RSF, ha visto deteriorarse aún más su situación humanitaria debido a la intensificación de las hostilidades.
«Los bombardeos se han vuelto cada vez más indiscriminados, afectando a barrios densamente poblados y asentamientos de desplazados», señala el informe. «Los civiles sufren todo tipo de violencia, incluidas la violencia sexual, el reclutamiento forzoso y la detención arbitraria».
El 20 de septiembre, el complejo de las Naciones Unidas en El Fasher fue atacado, lo que provocó la pérdida de vehículos, suministros y equipos humanitarios.
Las hostilidades también se han reanudado en la región de Kordofán, donde los combates se desarrollan a lo largo de tres frentes -al norte, oeste y sur de El-Obeid-, impidiendo el acceso humanitario a las zonas afectadas. El-Obeid, capital del estado de Kordofán del Norte, constituye un nudo estratégico que conecta Jartum con Darfur.
«Las ciudades de Dilling y Kadugli, en Kordofán del Sur, llevan más de un año sitiadas. Los trabajadores humanitarios se enfrentan a riesgos continuos, como secuestros, detenciones e intimidaciones», advierte la OCHA.
A la compleja situación humanitaria se suman las inundaciones, que «han dejado intransitables ejes viarios fundamentales, como la carretera Nyala–Darfur Oriental y varias vías locales en Darfur Meridional y Occidental, bloqueando los desplazamientos humanitarios», además de una epidemia de cólera que también ha alcanzado la capital, Jartum.
Esta última tampoco se ha librado de ataques con drones dirigidos contra las infraestructuras eléctricas y de abastecimiento de agua, lo que ha provocado cortes prolongados y ha agravado las consecuencias de las epidemias de cólera, dengue y malaria.
(L.M.) (Agencia Fides 20/10/2025)