Nouakchott (Agencia Fides) – En el campo de refugiados de Mbera, en el este de Mauritania, hay 55.000 refugiados procedentes de Malí, de los cuales 1 de cada 5 niños está desnutrido y el 4,6% sufre de desnutrición severa. Según las últimas estimaciones realizadas por Médicos Sin Fronteras, los pequeños, con menos de 5 años de edad mueren principalmente debido a la combinación de diversas patologías como la desnutrición y la malaria, las infecciones respiratorias y la diarrea. La situación es preocupante, sobre todo porque sólo el 70% de los niños en este grupo de edad han sido vacunados contra el sarampión, que junto con la desnutrición se convierte en letal. La tasa de mortalidad infantil es alta debido a que las madres llevan a sus hijos a los centros de salud del campo sólo cuando se están muriendo.
Además, los refugiados tienen dificultades para adaptarse a una dieta basada en cereales completamente diferente a la suya, que es principalmente de leche y carne. Muchas familias venden parte de sus alimentos para tratar de conseguir un poco de leche o carne para sus hijos. La situación podría empeorar si no se interviene inmediatamente. (AP) (15/1/2013 Agencia Fides)