Nueva Delhi (Agencia Fides) - La comunidad católica de Kerala, estado de la India Sur occidental, está bajo shock por el brutal asesinato del Padre Job Chittilappilly, de 71 años, asesinado la mañana del 28 de agosto en su residencia de la parroquia de Nuestra Señora de las Gracias, en la ciudad de Thuruthiparambu. Según las primeras investigaciones realizadas por la policía, el Padre Job fue encontrado muerto, por muchas heridas de corte, en las primeras horas de la mañana. La causa del delito es todavía incierta pero, según los investigadores, la dinámica del asesino hace pensar en una ejecución en plena regla. Nada ha sido tocado o retirado de la casa del sacerdote que, durante 45 años, desarrolló un servicio pastoral en la comunidad católica de rito siro-malabar, fuertemente arraigada en Kerala.
Mons. James Pazhayattil, Obispo de Irinjalakuda, ha explicado a la Agencia Fides: "El Padre Job estaba rezando el Rosario antes de la Santa Misa que hubiera tenido que celebrar a las 6,30, cuando fue atacado y asesinado a cuchilladas. Nuestra comunidad diocesana está profundamente turbada por este acontecimiento. No sabemos quién puede haberlo matado."
Según fuentes de la Iglesia local, el sacerdote recibió tiempo atrás algunas llamadas de teléfono que lo amenazaban de muerte si él no paraba la actividad de proselitismo. El sacerdote solía visitar también a familias hindúes, por las cuales era acogido con agrado, y no hacía proselitismo, ha subrayado el Obispo.
"Es la primera vez que un sacerdote es asesinado a sangre fría en Kerala", ha añadido Mons. Mar Jacob Thoomhuzhy, Arzobispo de Thrissur, que ha pedido una solícita investigación de la policía para encontrar a los responsables del homicidio.
El Padre Job ha sido enterrado cerca de la Iglesia de San Antonio en Moorkanadu, su parroquia de nacimiento. En el ritual de las exequias, celebradas por Mons. James Pazhayattil, han participado numerosos sacerdotes, religiosos y fieles, en presencia de personalidades civiles y políticas.
El episodio es él último de una nueva cadena de agresiones contra personas y lugares cristianos, denunciada recientemente por los Obispos hindúes. El 26 de agosto, en el estado de Orissa, India centroriental, en la aldea de Rakia, un grupo de militantes hindúes ha atacado y devastado la Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad y han destruído también algunas casas de ciudadanos cristianos que viven cerca de la parroquia.
El sacerdote de los Palotinos John Sunderam, de la archidiócesis de Ranchi, en el estado de Jharkhand (India oriental), está en coma después de haber sido atacado y maltratado el 22 de agosto por miembros de una banda criminal que, en apariencia, han atacado su iglesia para robar. También el vicepárroco, el Padre Albino Tirkey ha sido herido mientras intentaba defender a su hermano. Los Obispos hindúes han expresado su preocupación por la ola de violencia y han pedido una intervención de las autoridades civiles, lanzando una llamada a la tolerancia religiosa y a la armonía. (PA) (Agencia Fides 31/8/2004 líneas 48 palabras 492)