AFRICA/MADAGASCAR - "He seguido mi conciencia me exigía aliviar el sufrimiento que he visto":testimonio de un médico voluntario en África

jueves, 20 enero 2011

Roma (Agencia Fides) - "No podemos limitarnos a comprender las causas de la pobreza en África, tenemos que actuar", dice a la Agencia Fides el Dr. Luigi Bellini, fundador del centro de diagnóstico médico "Le Samaritain" en Antseranana, en el norte de Madagascar.
El Dr. Bellini explica lo que le llevó a abandonar Italia para dedicarse a esta iniciativa: "En 1998 viaje a Madagascar para una investigación científica organizada por la Universidad de Nápoles. Al tener que caminar por las zonas rurales de Madagascar, he descubierto una realidad social de un país, que un amigo arqueólogo ha definido como de la Edad del Hierro. Me ha marcado profundamente y me ha impactado el contacto con la gente, el clima, con las langostas de memoria bíblica que en el sur acaban con el 75% de la cosecha de arroz. En resumen, una experiencia abrumadora, por lo que de regreso a Italia comencé a reflexionar sobre lo que he había visto y experimentado”.
“Por lo que sentí el deber de hacer algo, lo podría definir como un impulso de la conciencia", continúa el Dr. Bellini. "En un recorrido que ha durado algunos años he dejado progresivamente mis actividades en Italia, mi trabajo de investigación en la Universidad y la colaboración con el Ente Espacial Europeo para el control de los astronautas. Con los ahorros recogidos durante toda la vida, de acuerdo con mis hijos, decidí realizar un centro de diagnóstico en Madagascar. El centro, de 3 mil metros cuadrados, inició su actividad en 2007. El personal está compuesto por 22 médicos y técnicos de Madagascar, que reciben un salario normal, han sido formados tanto en Madagascar como en hospitales y universidades italianas”.
"Esta estructura - explica el investigador - proporciona asistencia de forma totalmente gratuita al 35% de los pacientes y cada año tratamos de incrementar el porcentaje de los asistentes que no pagan nada. A los pacientes que pagan, se les aplican cuotas que para los estándares occidentales son absolutamente ridículas. Pero el centro de diagnóstico no es suficiente. Por tanto, estamos construyendo la primera clínica de maternidad y cirugía del norte de Madagascar. Empezamos su construcción en 2009, gracias a una contribución significativa de la Conferencia Episcopal Italiana".
El Dr. Bellini describe así la situación en Madagascar: “a raíz de la crisis política el producto interno bruto del país (uno de los más bajos del mundo) cayó de un 6%. El rédito medio per cápita es de 256 euros al año, unos 20 € al mes. La mortalidad infantil es del 17 por mil y la del parto es del 5 por mil. Estos valores son muy altos. El 11% de la población sufre de tuberculosis, la malaria afecta al 25% de la población, a pesar de que es una enfermedad relativamente fácil de combatir, ya que sería suficiente proporcionar a la población mosquiteras para reducir de un 50% la proporción de personas afectadas por la enfermedad. Luego hay enfermedades parasitarias de todo tipo: el 38% de la población está afectado por una o más tipologías de estas enfermedades. Pero la enfermedad principal es el hambre: el 63% de la población está baja de peso”.
Por último, preguntamos al Dr. Bellini, su impresión sobre de papel de la Iglesia en el hacer frente a esta situación. "Puedo dar testimonio, como persona libre, a partir de mi posición laica, que en África, desde el punto de vista social a parte de la Iglesia no existe absolutamente nada", afirma el médico. "Cualquier persona que desee actuar por el bien de la población local, si no entran en el tejido conectivo representado por la Iglesia, no puede hacer nada. Las mismas ONG son a menudo un instrumento de las políticas de las grandes potencias y no inciden en la evolución social de los países africanos”. (L.M.) (Agencia Fides 20/1/2011)


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