ÁFRICA/CONGO RD - Las mujeres son uno de los objetivo de la guerra que se ha prolongado durante 20 años en el este de la República Democrática del Congo.

jueves, 21 octubre 2010

Bukavu (Agencia Fides) – “Las mujeres congoleñas están cansadas de las conferencias sobre la violencia que ellas sufren porque quieren ir a las causas de estos actos", dice a Fides la hermana Teresina Caffi, de las Misioneras de María, Javerianas, que trabaja en Bukavu, capital del Sur Kivu (este de la República Democrática del Congo), dónde el 17 de octubre, se celebró la marcha mundial de las mujeres. Miles de mujeres marcharon en contra de las violaciones perpetradas por grupos armados en la región.
"Las mujeres son uno de los objetivo de la guerra que se ha prolongado durante 20 años en el este de República Democrática del Congo", explica la hermana Teresina. "Las violaciones son una manera de destruir al pueblo. En estos años de guerra e insurgencia en la provincia de Kivu del Sur, al este de la República Democrática del Congo, es decir desde 1996 hasta hoy, las mujeres han pasado de la inocencia de creer que la guerra era una cosa solo de los ejércitos, o al menos sólo de los hombres, a la sorpresa de verse ellas mismas objetivo de los ejércitos y las bandas en el más humillante de los modos; han pasado al tentativo de huir inútilmente, a la humillación sin final, a veces incluso hasta la muerte, y también, a menudo a la desilusión de una asistencia humanitaria que se aprovecha de su tragedia".
"No se trata de un soldado individual que, siguiendo los instintos más brutales, violenta a una joven, sino de un uso sistemático de la violencia sexual para destruir psicológicamente a la población", continúa la misionera. "Cuando las mujeres son violentadas delante de sus hijos o se obligada a miembros de la misma familia al incesto, se trata de actos deliberados para destruir la humanidad de las personas. Tenemos que ayudar a difundir el reciente informe de la ONU denunciando estos hechos".
La Agencia DIA ha publicado algunos testimonios de jóvenes violentadas por buscadores de minerales, con fines mágico-fetichistas. Preguntamos a la hermana Teresina si cree que existe un vínculo con las violaciones cometidas por los grupos armados. "Ciertamente, 20 años de violaciones de guerra han dado lugar a una trivialización de la violencia sexual. Los niños que han visto a su madre violaentada hace 20 años ya son adultos y no sabemos el efecto que estas violaciones han tenido en su equilibrio psicológico. La ignorancia por lo demás hace el resto, como la leyenda de que para protegerse contra el sida hay que tener relaciones sexuales con una virgen".
"Pero me gustaría rendir homenaje a la valentía de las mujeres congoleñas que han sido capaces de hacer frente con valor y dignidad a estos horrores. Varias mujeres han preferido morir antes que someterse a la voluntad de sus secuestradores. Otras, después de haber sido objeto de violencias, están haciendo todo lo posible para recuperar una vida normal y cuidar de sus hijos. Tratamos de acompañarlas con asistencia psicológica y ayuda material", dice la hermana Teresina.
"En Kivu trabajan varias Ong, que ayudan a las congoleñas que han sufrido violencias. Lamentablemente algunas de estas Ong han hecho de la difícil situación de estas mujeres un fondo de comercio. Por esta razón, las congoleñas no quieren tantos apelos a la solidaridad para ellas (porque se corre el riesgo de alimentar una recaudación de fondos que no siempre es limpia), sino que quieren ir a la raíz de las violencias: quieren saber quién ha promovido esta estrategia de las violaciones de guerra", concluye la hermana Teresina. (L.M.) (Agencia Fides 21/10/2010)


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