ASIA/PAKISTÁN - Cristianos “tratados como bestias”: urge una intervención internacional

miércoles, 24 marzo 2010

Lahore (Agencia Fides) –“En Pakistán los cristianos sufren y ven su vida en peligro cada día. En algunas áreas los creyentes son tratados como bestias, en condiciones de esclavitud, o sometidos a molestias, violencias y conversiones forzadas”: lo afirma en un coloquio con Agencia Fides el P. John Shakir Nadeem, Secretario de la Comisión para las Comunicaciones Sociales en la Conferencia Episcopal del Pakistán, Director de Radio Veritas y del Centro televisivo “Rabita Manzil” en Lahore. Como explica P. Nadeem, el contexto en el que se da este sufrimiento es una islamización creciente, la difusión de grupos fundamentalistas, un cuadro normativo que consiente y legitimaba discriminaciones y también persecuciones, un gobierno débil, sometido al chantaje de los extremistas. Por esto el sacerdote solicita que “la cuestión de los derechos humanos entre en el vértice en realización en Washington entre USA y Pakistán”.
A los cristianos llegó la solidaridad de la Comisión Nacional para los Derechos Humanos de Pakistán, que deploró los recientes casos de “conversiones forzadas al islam”, registrando en los últimos 9 años 50 casos de conversiones forzadas al Islam en el país.
“El porcentaje oficial es menos respecto a la incidencia real de los casos. Solo poquísimos casos de violencia y de intimidaciones son señalados a la Comisión, porque con frecuencia los cristianos tienen miedo. La misma Comisión, además, afronta las presiones de los extremistas y tiene así decididamente poco poder”, dice a Fides P. Nadeem.
“Hay un difundido fenómeno de secuestro de jóvenes cristianas (como el caso reciente de Shazia y de Kiran George) con amenazas de muerte a las familias más pobres. Al secuestro se sucede la conversión y el matrimonio forzado. Es un estigma que muchas ONG denuncia ante la indiferencia de las instituciones”, continúa el sacerdote.
P. Nadeem explica a Fides que “la situación es, ciertamente, diferente entre zonas urbanas y rurales. En las ciudades los cristianos –si bien en un contexto de discriminación- viven reunidos en zonas llamadas ‘colonias’, tienen acceso a la instrucción, servicios sociales, trabajo. El 30% de la población cristiana logra hacerse una vida en la sociedad. Sin embargo se está expuestos a los ataques terroristas contra las iglesias y los barrios cristianos. En las aldeas remotas, zonas rurales, la situación es muy diversa: grupos cristianos alejados, frecuentemente pobres, marginados y analfabetas, sufren la opresión de la mayoría musulmana: los otros ciudadanos se aprovechan de ellos y realizan prepotencias, inclusive la violación carnal, la esclavitud y el homicidio”. En tales contextos, resalta P. Nadeem, “se consuman aquellos episodios que en la vida social ordinaria ven a los cristianos sucumbir por falsas acusaciones de blasfemia, por amenazas de conversión, violencias contra las mujeres, contra la propiedad y los propios bienes”,
La única solución por tales problemas, agrega, es “la democratización real del país, que garantice los derechos humanos para todos. Por ello urgen las presiones internacionales”.
También la intervención de la Iglesia universal, “en particular del Papa, nos alienta, nos refuerza en la fe, nos consuela”, concluye P. Nadeem. (PA) (Agencia Fides 24/3/2010; líneas 37, palabras 507)


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