Kampala (Agencia Fides)- Los enfrentamientos de la semana pasada entre la policía y los sostenedores del “Kabaka”, el rey tradicional del Baganda, Ronald Muwenda Mutesi II, han puesto la atención de la nación y de la comunidad internacional sobre la cuestión de los reinos tradicionales ugandeses.
Se trata de un problema que resale al siglo XIX, cuando con la llegada de la colonización se afectó el equilibrio que se había creado entre los diversos reinos que se encontraban en el territorio de la actual Uganda. La administración colonial inglesa integró en el propio ámbito a los reyes de diversos reinos, según el principio del indirect rule, que transformaba los poderes tradicionales africanos y asiáticos en agentes del colonizador británico.
El reino más importante era (y es aún) Buganda, que se extiende al centro de Uganda a lo largo de las orillas de lago Victoria. Los colonizadores, a cambio de la colaboración del rey (Kabaka) del Buganda, permitieron que el reino se extienda sobre el reino de Bunyoro, originando una disputa entre ambos reinos, disputa que dura hasta hoy.
El reino de Bunyoro, que tiene actualmente 700 mil habitantes, se encuentra al oeste, a lo largo de las orillas del lago Albert. El Bunyoro (dirigido por un “Omukama”) , que en la época de la conquista colonial era uno de los reinos militarmente más fuertes, se opuso a la colonización. Por esto fue castigado por los ingleses con el paso de algunos territorios a Buganda. El reciente descubrimiento de importantes yacimientos de petróleo en su territorio ha hecho estratégico el control de este reino por parte de las autoridades centrales de Kampala.
En la orilla oriental del Lago Victoria, Busoga es uno de los reinos más antiguos del país. Gobernado por un Kyabazinga, el reino cuenta casi dos millones de súbditos. Hubo conflicto a causa de una lucha de sucesión tras la muerte del rey Henry Wako Muloki en el 2008. La coronación de Edward Columbus Wambuzi como nuevo Kyabazinga (soberano) no ha resuelto del todo la disputa. En Uganda occidental también está el reino Toro con unos 800 mil súbitos, y en estrecha relación con el líder líbico Muammar Gheddafi.
Al norte, los Acholi están organizados en clanes presididos por un Rwot, o jefe supremo. Tras dos décadas de violencia contra los civiles por parte de rebeldes del Lord’s Resistance Army (Ejército de Resistencia del Señor – LRA), unos dos millones de Acholi han sido obligados a refugiarse en campos para prófugos. Dado que los miembros del LRA son justamente acholi, las autoridades locales están utilizando el sistema tradicional de justicia de esta población, llamado “Mato oput”, en el cual el culpable es absuelto si confiesa su delito y se muestra arrepentido – para tratar de recuperar a los miembros del LRA que deciden abandonar el movimiento guerrillero.
En Uganda sud occidental, la población Banyankore (o Banyankole) está dividida en dos grupos, el minoritario Bahima (pastores) y el mayoritario Bairu (agricultores). Estos son reinos más importantes desde el punto de vista histórico y demográfico, pero existen también otros reconocidos por el gobierno Kampala.
Tras la independencia (1962), la relación entre gobierno central de Kampala y diversos reinos ha estado en el centro de la discusión política entre sostenedores de un estado centralizado y los de una federación en cuyo ámbito los reyes continúen ejercitando un rol político y administrativo. Tras el golpe de Milton Obote (1966), los reinos fueron abolidos (1967). Fueron restablecidos como “instituciones culturales” en 1993 por el actual Presidente Yoweri Museveni, cuya subida al poder fue apoyada por los súbditos del Buganda.
Buganda entró en conflicto con las autoridades centrales de Kampala desde que, hace dos años, reiteró el antiguo pedido de transformar Uganda en una federación. Quedan como marco las elecciones presidenciales del 2011 y las disputas territoriales entre los diversos reinos, que de no ser administrados en modo correcto podrían comprometer la unidad nacional. (L.M.) (Agencia Fides 16/9/2009; líneas 47, palabras 653)