Bissau (Agencia Fides)- El Presidente Joao Bernardo Vieira, asesinado hoy dos de marzo, en una revuelta militar ha sido uno de los protagonistas de la historia post-colonial de Guinea Bissau, país de África occidental, marcado por las dificultades económicas y por la inestabilidad política.
Bajo el dominio portugués desde el siglo XV, Guinea Bissau obtuvo su independencia sólo en 1973, después de una lucha iniciada en los años cincuenta por Amilcar Cabral. Poeta y escritor originario de Cabo Verde, Cabral organizó el movimiento independentista con la constitución del PAI (Partido Africano de la Independencia) que en 1960 asumió el nombre de Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC). Cabral, que logró conseguir el apoyo de Cuba y URSS, fue recibido también por Pablo VI. El Papa tuvo palabras de reconocimiento por la causa guineana lo que provocó la irritación del gobierno portugués. Cabral fue asesinado en enero de 1973 en Conakry: muchos misioneros fueron expulsados acusados de solidariedad con el movimiento independentista.
El 22 de agosto de 1973 el PAIGC, ya con el control de todo el país, firma con Portugal un acuerdo en el que se reconoce la independencia de la ex-colonia. El lugar de Cabral fue tomado por Aristides Pereira. El golpe de estado de 1974 en Portugal favoreció la firma de un acuerdo definitivo de independencia. El proyecto de un estado único entre Guinea y Cabo Verde fracasó. Pereira se convirtió en Presidente de Cabo Verde mientras que en Guinea lo hace Luis Cabral, hermano de Amilcar.
Los primeros pasos de la independencia se dieron en una situación muy crítica: hambre, inflación, analfabetismo al 95%, una economía caótica además de corrupción y clientelismo. Luis Cabral fue depuesto en 1980 por un golpe del Consejo de la Revolución guiado por el Presidente asesinado Joao Bernardo Vieira. En 1984 Victor Saude Maia, entonces primer ministro, fue acusado de complot contra el presidente y fue depuesto. Vieira asumió las cargas de Presidente y Primer Ministro y aprobó una nueva constitución. En 1986 fueron eliminados el Procurador de la República, Viriato Pan, y el Primer Ministro, Paulo Correira que pedían una mayor democracia.
En julio de 1994 se tuvieron las primeras elecciones. Vieira fue proclamado vencedor por una Comisión electoral que demoró tres meses en comunicar los resultados. Quién se vio afectado por el poder de Vieira fue Kumba Yala – un intelectual apoyado por todas las oposiciones – y que fue quién recibió la mayor cantidad de votos. Pero los fraudes electorales y el apoyo a la “estabilidad” de Francia, Italia, USA y Portugal le permiten a Vieira proclamarse vencedor a pesar de la voluntad popular. En junio de 1998 el general Ansumae Mané lidera una rebelión militar que logra deponer a Vieira en mayo de 1999. Le sucede una junta militar que organiza las elecciones presidenciales que vieron como ganador a Kumba Yala, el histórico adversario de Vieira. En setiembre del 2003, Kumba Yala, cuya política había desilusionado a la mayoría de sus seguidores fue derrocado por un golpe militar guiado por el general Verissimo Correia Seabra. Las instituciones provisorias organizaron las elecciones presidenciales de julio del 2005. Vieira, que se presentó como candidato independiente, gano en la segunda ronda. Pero la inestabilidad continuó. Poco después de las elecciones legislativas del 16 de noviembre, el 23 de noviembre del 2008, un grupo de soldados atracó la residencia del Presidente Joao Bernardo “Nino” Vieira con metralletas y granadas, matando a un militar de la guardia e hiriendo a otro, pero sin producirle daños al Jefe de Estado. En agosto falló otro tentativo de golpe. En enero de este año surgieron fuertes tensiones entre los militares y los miembros de la milicia personal de Vieira. Después de un tiroteo entre los dos cuerpos armados, el Presidente se vio obligado a disolver su propia guardia “pretoriana”. El episodio evidenció las profundas divergencias entre Vieira y el Jefe del Estado Mayor, Na Wai, cuyo asesinato ha producido la venganza de los militares.
A estos últimos episodios hay que sumarle la sombra de los narcotraficantes colombianos que han hecho de este país (uno de los más pobres del mundo) un punto de distribución de la cocaína que se dirige a Europa a través de África Occidental. (L.M.) (Agencia Fides 2/3/2009 líneas 50 palabras 714)