VIAJE APOSTÓLICO - El Papa en Indonesia: pasajes clave de la homilía durante la misa en el estadio de Yakarta

jueves, 5 septiembre 2024

Vatican Media

Yakarta (Agencia Fides) - La primera etapa del largo viaje apostólico del Papa Francisco a Asia y Oceanía ha concluido con una misa en el estadio «Gelora Bung Karno» de Yakarta. A las 16.00 hora local (11.00 hora de Roma), tras abandonar la Nunciatura Apostólica, el Pontífice se ha dirigido a la instalación deportiva situada en el corazón de la capital indonesia. Acogido por un clamoroso aplauso, ha recorrido varias zonas en el papamóvil, repartiendo sonrisas y bendiciendo a bebés y niños. Vestido con los ornamentos sagrados, Francisco ha presidido la celebración eucarística en memoria de Santa Teresa de Calcuta.

Al final, tras un discurso de saludo del Arzobispo Metropolitano de Yakarta, Cardenal Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, y antes de la bendición final, el Papa ha dirigido un último saludo y unas palabras de agradecimiento a los fieles y peregrinos presentes.
A continuación ha regresado en coche a la Nunciatura Apostólica. Mañana dejará Indonesia para volar a Port Moresby, capital de Papúa Nueva Guinea.

Ofrecemos a continuación los pasajes más destacados de su homilía:

El encuentro con Jesús nos llama a vivir dos actitudes fundamentales, que nos hacen capaces de llegar a ser sus discípulos: escuchar la Palabra y vivir la Palabra. Primero escucharla, porque todo nace de la escucha, de abrirse a Él, de acoger el don precioso de su amistad. Pero después es importante vivir la Palabra recibida. La Palabra que se nos da y que escuchamos tiene que hacerse vida, transformar la vida, encarnarse en nuestra vida. Estas son dos actitudes esenciales.

El corazón del hombre está siempre en búsqueda de una verdad que sea capaz de alimentar y saciar su deseo de felicidad. En medio del aturdimiento y la vanidad de las palabras humanas, necesitamos la Palabra de Dios, la única que sirve de brújula en nuestro camino, la única que, frente a tantas heridas y pérdidas, es capaz de devolvernos al significado auténtico de la vida.

La primera tarea del discípulo no es la de vestir el hábito de una religiosidad exteriormente perfecta, ni de hacer cosas extraordinarias o dedicarse a grandes proyectos. El primer paso consiste en saber ponerse a la escucha de la única Palabra que salva, la de Jesús.

Con la misma humildad y la misma fe de Pedro, también a nosotros se nos pide que no permanezcamos encerrados en nuestros fracasos. Esto es muy malo. Los fracasos nos atrapan. Por favor, no permanezcamos encerrados en nuestros fracasos.

Esto, hermanos y hermanas, quisiera decírselo también a ustedes, a esta nación, a este maravilloso y variado archipiélago: no se cansen de soñar y de seguir construyendo una civilización de paz. Atrévanse siempre a soñar en la fraternidad.
(F.B.) (Agencia Fides 5/9/2024)


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